Una soledad inmensa
fiero dolor en mi alma.....
¡Nada del lado del cielo
y del de la tierra... nada!
Como el náufrago busqué
para salvarme una tabla....
No bastaban para asirme
la fe , el amor, la esperanza.
¡Ah, que tan solo eran sombras
y apenas se divisaban.!
Era una mano de madre
lo que yo necesitaba,
y Tú, Señora, tendiste
la tuya sobre las aguas....
En aquella horrenda noche,
Tú figura iluminaba
con claridades de aurora
las negruras de mi alma....
Las olas se sosegaron:
¡Gracias , Madre mia , gracias,
que era una mano de madre
lo que yo necesitaba!. CARMELO