Contemplándote aquí, acostado en el pesebre, acompañado del amor de María y José, queremos poner en tus manos
nuestras ilusiones y nuestros temores, nuestro
deseo de fidelidad y nuestro mal.
Queremos también, poner al mundo entero; a
los de cerca y a los de lejos, sobre todo a los que
sufren.
Jesús, hermano, Hijo de Dios, danos el calor de
tu amor, llena el mundo entero de tu paz. Amen.
Dios ha venido a vivir nuestra misma vida
para llenarnos de su amor y de su paz
y para enseñarnos a amar como él nos ama.