QUIERO PINTAR LA LUNA
Madre, ¿puedo pintar la luna de escarlata? ¿O con vestido rosa, orlado de violeta? ¡Pues, noche a noche, sale insulsa y timorata, sin nada de color que la avive, coqueta!
¿Por qué será la luna, siempre luna de plata, camafeo de hielo, el pálido planeta, la doncella de nieve a la que se retrata en blanco, si pintor, o argento, si poeta?
Quisiera iluminarla con cálido amaranto, encendidos reflejos carmín o solferino, inventarla morena, con luminoso manto,
y no alba y exangüe, con veste de platino. ¡Quiero pintar la luna de tono colorado, en creciente o menguante, de cara y de costado!
Marilina Rebora
|