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Tu castigo
Ayer he sentido de nuevo tu mirada, cuando venias a tu casa paso a paso, la tarde se detuvo por si acaso, para ver de nuevo otra jugada
Pero, qué creíste, que correría a tu regazo, que mi alma moriría solitaria, pero viste, sereno, te bote como bagazo hoy sufres, ¿dónde está tu alegría?
Fuiste ayer para mí aquella fragancia, que dio alivio a todos mis dolores, hoy no te puedo amar pues mi existencia se la debo ya a nuevos amores.
No soy el de ayer que tú conociste, el que te amó como a un Dios divino, no soy el hombre que un día quisiste ya cambié de sendero mi destino.
Que pena que me das de nuevo verte, pues tú no comprendiste a mi amor, en mi recuerdo estarás, aunque al tenerte mi corazón se llene de dolor.
Mi recuerdo lo tendrás metida en tu seno, aunque tu orgullo no quiso ser mi amigo, si así quisiste darme tu veneno hoy mi desprecio será tu cruel castigo.
Federico Mendo Sánchez
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