Hay una pureza confitada en bocas, presagiando olas en platas de lunas, que guardaran las urnas de nuestra historia como solo se guardan las grandes fortunas.
Hay una ventana abierta al poema, un tránsito en las venas de nuestro destino, un siempre adherido a la piel de las velas que permaneceran eternas con el sí encendido.
Hay un lazo de soles filtrando su luz, unos brazos sin cruz moviendo sus aspas al molino del alma que muele el azul para vestire de tú los cielos de mis ganas.
Hay un amor por siempre y para siempre, dos miradas al frente soltando cerrojos, un codo con codo despeñando la fuente del sentir latente que lo significa todo.