Inventarme en el vacío
En la balanza, otros ojos definirán mi luz y mi tiniebla.
Mi propia nobleza fue la espada enemiga y navegué muy solo, sin poder elegir el arpa o el Infierno.
Qué denso es el camino de dos caras. Si mentí, fue para inventarme en el vacío. Si viajé sin llegar a la muerte, fue para mí un misterio.
Vengo desde un pozo adivinando el mundo entre la incertidumbre, mientras un viejo siglo cruza ante ese juez más sabio que es el tiempo.
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