Un moribundo entregó una moneda a cada uno de sus tres hijos y anunció:
-Todo lo que tengo será de quien pueda llenar mi dormitorio.
Y bajo al portal esperó, en la estera donde yacía.
Con su moneda, el hijo mayor compró paja, y la paja llenó el dormitorio hasta la mitad.
Con su moneda, el hijo segundo compró arena, pero la arena no llegó hasta el techo.
Con su moneda, el tercer hijo compró una vela, y la encendió.
Eduardo Galeano