Si el viaje de la vida requiere que me mude a otro sitio, me consuela saber que Dios siempre está conmigo y en mí. Aunque eche de menos lo familiar, estoy feliz de poder hacer nuevas amistades y explorar nuevos alrededores.
Dondequiera que vaya, me siento en casa al compartir el amor que guardo en mi corazón. Soy motivado a buscar lo mejor en cada persona y situación.
Todas las cosas trabajan juntas para mi mayor bien. Aunque esté lejos de mi antiguo hogar, descanso y afirmo que todo está bien aquí y ahora. No importa dónde el cambio de residencia me lleve, mi hogar yace en mi corazón.
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