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General: El tiempo de Dios
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Respuesta  Mensaje 1 de 3 en el tema 
De: Espuncio  (Mensaje original) Enviado: 11/04/2010 16:00
El tiempo de Dios

 

El tiempo de Dios

En septiembre de 1960. Yo desperté una mañana con 6 bebes hambrientos y solo 0.75 centavos en mi bolsa.
 
 Su papá se había ido. Los niños tenían de tres meses a 7 años. Su hermanita  tenia dos  años. Su papá nunca había sido mas que una presencia que ellos temían.
 Cuando ellos oían rechinar las llantas en la grava suelta del camino a  casa, corrían a esconderse debajo de sus camas.
  
 Lo que si hacia era dejarme 15.00 dólares por semana para comprar el  mandado. Ahora que había decidido marcharse, ya no habría golpizas pero,  comida tampoco. Si había algún sistema de bienestar social por parte del  gobierno en el sur de Indiana, yo nunca supe nada al respecto. Yo bañe a  mis hijos, tallándolos hasta que parecían nuevos, les puse la mejor ropa
 hecha en casa que tenían y los subí al viejo y oxidado chevy año 51 y me  fui en busca de trabajo. Los 7 de nosotros fuimos a todas las fabricas,  tiendas y restaurantes que había en nuestro pequeño pueblo. No tuvimos  suerte. Los niños se mantenían todos encimados el carro e intentaban mantenerse callados mientras que yo intentaba  convencer a quien fuera que me pusiera atención que yo estaba dispuesta a  aprender o hacer lo que fuera. Yo tenia que tener un empleo. Aun así, no  hubo suerte. El ultimo lugar al que fuimos, a unas cuantas millas del
 pueblo, fue un restaurante (paradero) llamado La Gran Rueda. Una señora ya  grande llamada Granny era la dueña y se asomo por la ventana y vio todos  esos niños en el carro.
 Ella necesitaba a alguien que trabajara de noche, de las 11 de la noche a  las 7 de la mañana. Ella pagaba 0.65 centavos la hora y yo podría empezar  esa noche. Me fui apresuradamente a casa y llame a la niñera convenciéndola  de ir a dormir a mi casa por 1.00 dólar la noche. Ella podría llegar a mi  casa en pijamas y dormir en el sofá. Esto le pareció un buen trato y
 acepto. Esa noche cuando los pequeños y yo nos arrodillamos para hacer  nuestras oraciones, todos le dimos gracias a Dios por haberle conseguido  trabajo a mamá, y así empezó mi trabajo en La Gran Rueda.
   Cuando regrese a casa en la mañana, desperté a la niñera y la envié a su  casa con su dólar que era la mitad de mis propinas de toda la noche. Al  pasar de las semanas, las cuentas de calefacción aumentaban el pesar de los  gastos que con tan poco ingreso teníamos que soportar. Las llantas del
 viejo chevy, cada vez mas mostraban el trabajo del tiempo tomando la  apariencia de ser globos mal inflados. Yo debía llenar de aire las llantas  antes de ir al trabajo y al regresar a casa. Una triste mañana, al  arrastrarme cansada hacia mi carro en el estacionamiento, encontré en mi  carro cuatro llantas nuevas esperándome ahí. ¿Habrían venido los Ángeles
 del cielo a vivir a Indiana? Tuve que hacer  un trato con el mecánico del pueblo para que le pusiera las llantas a mi viejo Carro. Recuerdo que  tarde mucho más en limpiar sus sucias oficinas que lo que el tardo en  ponerle las llantas al viejo chevy.  
 Estaba ya trabajando seis noches por semana en lugar de 5 y aun así no era  suficiente. Se acercaba la navidad y yo sabia que no habría dinero para  comprar Juguetes para los niños.
   Encontré un bote de pintura roja y empecé a pintar algunos viejos juguetes  y los escondí en el sótano para que hubiera juguetes en la mañana de  navidad. La ropa de los niños también estaba muy acabada. Los pantalones de  los niños tenían parches encima de los parches y ya pronto no servirían para  nada.
  La noche antes de navidad entraron los clientes de siempre el restaurante a  tomar su café. Ellos eran troqueros y traileros y policías de camino. Había  algunos músicos que habían tocado mas temprano aun ahí jugando en las   maquinitas. Los de siempre estaban ahí sentados platicando hasta la  madrugada. Cuando se llego la hora de ir a casa a las 7 de la mañana yo
 corrí al carro para tratar de llegar antes de que se despertaran los niños  y ponerles los juguetes que había arreglado debajo de un árbol que habíamos  improvisado. Aun estaba oscuro y no se veía mucho, pero note que había una  sombra en la parte de atrás del carro. Algo era seguro, había algo ahí.
 Cuando llegue al carro me asomé por la ventana lateral. Mi boca se abrió  con gran asombro. Mi viejo chevy estaba lleno de cajas hasta arriba.  Rápidamente abrí la puerta y abrí una de las cajas. Adentro había  pantalones de la talla 2 a la talla 10. En la otra había camisas para los  pantalones. También había dulces, frutas y mucho mandado en bolsas. Había  gelatinas, pudines, pasteles y galletas. También había artículos para el  aseo y limpieza de mi casa. Había 5 camionetitas y una hermosa muñeca.  Mientras manejaba por las calles vacías hacia mi casa, vi salir el sol del  día de navidad más inolvidable e increíble de mi vida. Lloraba de
 incredulidad y gratitud. Nunca olvidare la alegría en las caritas de mis  pequeños en esa mañana. Si, si hubo Ángeles en aquella mañana en Indiana  hace muchos diciembres. Y todos ellos eran clientes de La Gran Rueda.
 
 EL PODER DE LA ORACIÓN.
  Yo creo que Dios solo da tres respuestas a las oraciones:
  
 1. "SÍ"
 
 2. "Todavía no"
 
 3.  "Yo he pensado en algo mejor para ti"
 
 Podrás estar pasando por momentos difíciles ahorita pero Dios sé esta  preparando para bendecirte de una forma que tu ni siquiera puedes empezar a  imaginar.
  
 Mis instrucciones fueron que escogiera a cuatro personas a las que yo quisiera  que Dios bendiga, y yo te he escogido a ti. Por favor pásale este mensaje a  cuatro personas que te gustaría que Dios bendijera. El poder de la oración  es poderosa, y la oración es uno de los mejores regalos que podemos  recibir. No tiene ningún costo pero sí muchas recompensas. Continuemos
 orando los unos por los otros.  
 Aquí tienes una oración:
 Padre, yo te ruego que bendigas a mis amigos, parientes, y contactos por  correo electrónico ahorita. Muéstrales una nueva revelación de tu amor y  poder. Yo sé que le envié este mensaje a mas de cuatro, puedes hacer tú lo  mismo. Por que siempre es bueno dar gracias y quejarse menos......
 Señor y padre celestial, hoy por la mañana, mi cama estaba calientita y no  me quería despertar. No me quería levantar, me quería quedar ahí, sin tener  que preocuparme por nada pero entonces recordé, que no debería hacerlo  porque existen millones de personas, que quisieran estar en mi lugar,  levantarse y tener a donde ir, esas personas que están sin tener que comer,  sin tener que vestir. Hoy padre mío, agradezco por la noche maravillosa,  por el cobertor que me calienta, por mi alimento, por un día mas de trabajo  y principalmente por un día mas de vida. Bendice señor Jesús a mis amigos y mis enemigos, porque también ellos  necesitan de ti. Bendice señor a mi amigo que esta leyendo este mensaje.
 
Amen.
 
De la red. 
 

 
 


 

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Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
De: UTOPIA Enviado: 11/04/2010 20:10

Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
De: ANUSKILLA Enviado: 11/04/2010 21:09
Gracias por todo lo que dia a dia
nos regalas,es bonito contar contigo y tenerte aqui con nosotros
Que pases un maravilloso domingo
Cariños para ti


 
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