ES LA MANSIÓN DE AYER..
Es la mansión de ayer, la de la infancia mía, con ternura hogareña y calidez de seno, que aún levanta la frente, a punto de agonía, entre tanto derrumbe al que nada es ajeno.
Muéstrase melancólica el ala solariega del loco enjambre antiguo
—hoy con seres distantes— y a la sombra de madre, amorosa, se agrega el tono protector, los ojos vigilantes.
Los niños la vivían, encanto de morada; aromas de su patio, tímida madreselva con los albos jazmines en la azul enramada. Y guardamos silencio para que el alma vuelva a recordar imágenes de los dichosos años, sintiéndonos ahora como intrusos o extraños.
Marilina Rebora

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