Nocturno del miedo
Es de noche. Tú sabes... Hay ojos amarillos edificando negras soledades en extrañas esquinas. Y hay corazones ciegos suplicando mendrugos de palabras ante espaldas dormidas. Y hay hombres revolviendo en la tristeza para encontrar un eco, un trozo flaco, las hilachas desnudas de una risa. Y hay dolores gastados, y amores sin abrigo, y mujeres marchitas vendiendo en la intemperie su follaje de espinas. Es de noche. Tú sabes... El mundo es una espada decapitando rosas ateridas. Es un hueco de vísceras aullantes, un infierno de luna diseminando gotas de ceniza. ¡Qué suerte este destino de sabernos, de tocarnos y vernos y sentirnos, de amarrar, al ocaso, la proa de tus manos errabundas en mi cintura herida! Abrázame, amor mío. Es de noche. Tú sabes... En los desfiladeros del silencio muerden fauces salvajes las violetas perdidas.
Norma Segades Manias
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