Sólo dádivas me dabas de tu amor, pensaste que no te descubriría, dejaste mi vida, triste y sombría, no te importó, que yo te amaba con fervor.
¿Cómo te divertiste con tu engaño? bien que te reías a mis espaldas, eras frío, cuando lo calculabas, sabías como manejar tu apaño.
Márchate de mi lado, no digas más, respeta mi dolor, ¡sobreviviré! abriré de par en par las ventanas.
Que entre la luz del día, nuevos aires, borraré que siempre por ti suspiré, quedando sepultados los sentires.
©2008, autor: Hamuleto
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