La mentira, la cobardía, la codicia, la hipocresía, la ira, el orgullo, la envidia... estamos inmersos en una batalla campal frente a esos "venenos" que nos "infectan" a todos.
El problema del dolor humano reside exclusivamente en esos "defectos" y en el apego, que es la causa final de los mismos. Por culpa de ellos y del apego vamos sembrando en la vida el dolor, el sufrimiento, la miseria, la enfermedad y hacemos sufrir al resto de la humanidad con este torpe y ciego comportamiento.
La vida de cada ser humano es un eterno vía crucis y cada cual recoge el fruto de su propia cosecha, de sus propias obras. El karma (acción) es ineludible. Recordemos que el karma se puede pagar con dolor, pero también con amor. Por eso cuando un maestro budista preguntó hace años en un retiro: "¿Cual es el peor defecto humano?", ante sus reflexiones silenciosas alzó un dedo y sonriendo dijo: "La INGRATITUD, que es la forma humana de la ignorancia".
Por eso debemos intentar ser generosos y responder con gratitud cada día, pues es un "antídoto" muy potente contra esos defectos o "venenos" humanos.