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La mayor parte de las enfermedades de la población no están causadas por virus o bacterias, sino por un puñado de factores entre los cuales sobresalen la alimentación inadecuada, la falta de actividad física y el consumo de tabaco o alcohol.
Aunque las llamadas "enfermedades no transmisibles" -cardiovasculares, diabetes, cánceres y obesidad, entre otras- están en aumento en todo el mundo, la buena noticia es que muchas de ellas se pueden prevenir.
En ese sentido, desde el Ministerio de Salud de la Nación se creó recientemente la Comisión Nacional de Prevención y Control de Enfermedades No Transmisibles, de la que formarán parte representantes de las carteras nacionales de Desarrollo Social, Economía, Educación y Agricultura, de universidades y de organizaciones científicas y de la sociedad civil, y cuyo objetivo será asesorar a las autoridades sobre las acciones intersectoriales destinadas a la prevención y control de estas enfermedades y sus factores de riesgo, que causan más del 60 % de las muertes que se producen en Argentina.
"De acá a uno o dos años, porque la salud es un proceso, tenemos que lograr que haya menos pacientes diabéticos, que se produzcan menos infartos y menos muertes por cáncer, y disminuir la cantidad de años de vida perdidos", exclaman las autoridades de salud.
LAS CLAVES DE LA PREVENCIÓN
En Argentina, este tipo de patologías es responsable de más del 60% de las muertes y del 47% de los años de vida potencialmente perdidos, a lo que hay que sumar los años vividos con alguna discapacidad y los enormes costos que acarrea para el sistema sanitario.
"A diferencia de lo que se cree popularmente, muchas de estas enfermedades ocurren a edades tempranas, en personas jóvenes, pero lo más interesante es que la mayoría se puede prevenir atacando los factores que tienen en común", asegura Laspiur.
Se ha demostrado que una buena alimentación no sólo permite mejorar la calidad de vida de las personas, cualquiera sea su edad, sino que también previene enfermedades crónicas como obesidad, diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, hipertensión, osteoporosis y algunos tipos de cáncer.
Impulsar el consumo de frutas y verduras, y desalentar la ingesta de grasas trans y sal son algunas de las acciones que permitirán mejorar la salud de los argentinos. Pero la clave de una alimentación saludable y equilibrada no reside únicamente en qué comer, sino también en cómo hacerlo en cada etapa de la vida. Modificar hábitos que han probado ser perniciosos, como el consumo de golosinas, panes y masas, es fundamental.
A MOVERSE
Otro de los factores a modificar es el sedentarismo. Se calcula que la falta de actividad física adecuada es responsable del 22% de las enfermedades cardiovasculares y puede provocar entre el 10% y el 16% de los casos de diabetes y algunos cánceres.
Media hora diaria de ejercicios moderados ayuda a prevenir y controlar ciertas enfermedades, aumenta la energía y reduce el estrés y el colesterol. Además, favorece la disminución del riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer, especialmente el de colon.
Por su parte, el tabaquismo causa 40.000 muertes por año en la Argentina y cuesta 6.900 millones de pesos anuales en concepto de atención médica de fumadores o ex fumadores.
Finalmente, los expertos aseguran que reducir el consumo de alcohol no sólo mejoraría la salud de cada individuo sino que también bajaría drásticamente el número de lesiones, ya que casi la mitad del total de homicidios y agresiones en la Argentina, y el 37% de los accidentes de tránsito son atribuibles al exceso de alcohol.