Y los ojos prometen...
Y los ojos prometen mientras la boca aguarda. Favorables, sonríen. ¡Cómo íntima, callada!
Henos aquí. Tan próximos. ¡Qué oscura es nuestra voz! La carne expresa más. Somos nuestra expresión.
De una vez paraíso, con mi ansiedad completo. La piel reveladora se tiende al embeleso.
¡Todo en un sólo ardor se iguala! Simultáneos apremios me conducen por círculos de rapto.
Pero más, más ternura trae la caricia. Lentas, las manos se demoran, vuelven, también contemplan.
Jorge Guillén
|