Las huellas de tus pies son mi recuerdo
en seguimiento tuyo, y no te alcanza;
cuanto más te distancias, más avanza,
cuanto más te rastrea, más te pierdo.
Paso a paso me arrastro, y casi muerdo
tus talones con fe y con esperanza
de reclamarte mía. Qué alianza
del hombre loco con el hombre cuerdo.
Loco de perseguirte y no obtenerte;
demencia que en cordura se convierte
sólo en el sueño, ajeno a llanto y miedo.
Porque al soñarte ni te sigo ni huyes,
el pasado que fuimos reconstruyes,
y en ese ayer que es hoy, contigo quedo.
F Alvarez
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