Cuentan que, hace poco tiempo,
un fantasma rondaba por un cementerio cerca de un pueblo.
Los niños se divertían riéndose de él,
pues los padres les animaban a hacerlo para que no tuvieran miedo de fantasías de este tipo.
Pues bien, el fantasma,
por la noche, oía cada burla de cada niño,
los identificaba, sabía quiénes eran. Así que, una noche, se dispuso a ir al pueblo a por venganza.
Esperaría a que al día siguiente volvieran a insultarle y,
esa misma noche,
iría a las casas de aquéllos niños para asesinarles.
-¡Mamá, mamá!
¿Verdad que los fantasmas son tontos y no existen?-
decía entre risas una niña.
-Papá, ese niño tiene careto de fantasma-.decía otro.
El fantasma se relamía pensando en lo que iba a hacer esa noche.
-Muajaja....
A la noche....
-Buenas noches, mami.
Buenas noches, papi. -.decía una niña.
El fantasma se relamía.
Cuando uno de los niños estuvo bien acostado...
-Juan... Me faltan 9 escalones.....
Juan.... Me faltan 5 escalones..... Juan....
Me faltan 2 escalones..... Juan... ¡¡¡¡YA ESTOY AQUÍ!!!!
Y el niño gritó fortísimo,
pero el fantasma le mató...
Al día siguiente, cuando los padres fueron a despertarle,
lo que vieron les dejó sin habla: su hijo, con la mirada perdida, las sábanas manchadas de sangre y de la boca salía sangre.... Y así con muchos de los niños del pueblo....
Pero..... Ese fantasma ahora vaga por las ciudades,
buscando a los niños que se burlan de su raza......
Podría estar cerca.... En tu portal....
En tu piso.... En tu... casa...