Yo soy como aquel Tuareg que se perdió en el desierto, no encontaba su camino por que se lo borraba el viento.
Tú eres como el viento simún que sopla por el desierto, mueve montañas de arena que son dunas sin concierto y mi corazón se mueve por el amor que te tengo.
Voy por Ruta de la Seda venciendo dunas sin cuento y antiguos montes perdidos por las arenas y el tiempo, que hacen desaparecer montañas que trasladan a otros écos.
En la ciudad Imperial de Palmira, hoy oasis no muy bueno, ruta antigua de la seda, recorrida por Bereberes inciertos, sobre camellos famélicos con sus equipos repletos, de capullitos de seda, especies y otros recuerdos.
Los desiertos son muy suyos, no quieren peregrinos nuevos a los osados engullen si no encuentran un remedio. Yo soy valiente y anduve errante por muchos de ellos, aquí relato unos cuantos, de los demás ni me acuerdo.
El de Atacama, en Chile, muy seco; el de Al-Zahara en Marruecos; el de Gobi es en China; el de Sonora en México y en el de Tabernas, (Almeria) me encuentro; que es el desierto que buscaba para terminar mi sueño, que lo comencé dormido,porque no estaba despierto,¡¡ Pero que bonito ha sido, al despertar de mi sueño!! y encontrarme en mi Andalucía,que es la que yo más venero. Por ser esta tierra mía, cuna de luz y salero.
Autor:
Casimiro López Cano.