Esposo mío, ángel de luz y brazo fiel,
de tu alma vengo y de nuevo vuelvo
para reposarme en su escabel.
Eres brisa... mis dias asuetos
y serena calma pones a mis pies.
Los minutos bellos a tu lado cuento;
son como las perlas de tu blanca sien
que aventan la llama, el amor que ostento.
No me faltes nunca, tú mi dulce bien.
Amanecer, tu esposa...