Todos estamos acostumbrados a la forma,
y el propósito de nuestra convivencia de grupo en la que se expondrá la sabiduría,
es revelar lo que está oculto en la forma para revelarse uno a sí mismo
y comprender que la forma es el medio de expresión de lo que no tiene forma.
El estudio ocultista tiene precisamente ese propósito.
Lo que se espera que se comprenda y se experimenta
dentro y fuera de nosotros son las fuerzas y las energías que actúan desde el trasfondo,
su patrón de funcionamiento con el tiempo y las leyes a que obedecen mientras actúan,
teniendo como base la forma o el símbolo.
Lo primero que tenemos que experimentar es el Universo dentro de nosotros.
Eso nos permite experimentar el Universo exterior,
y a medida que vamos abriendo puerta tras puerta dentro de nuestro ser,
nos expandimos más y llegamos ante los portales del Universo.
Este proceso de expansión se consigue mediante un proceso de introspección.
Tenemos que retirarnos
a nuestra Gruta del Corazón y desde ella expandirnos por la cara oculta del Universo.
Ahí es donde el conocimiento de la astrología, del sonido,
del color y del número adquiere importancia en el estudio del ocultismo.