Cuando das un objeto a alguien, evidentemente dejas de tenerlo.
Cuando a cambio de un kilo de cerezas que has comprado en casa del tendero,
das dinero, esto hace que tengas menos dinero en tu monedero.
Pero en el plano psíquico es diferente: todo lo que das de bueno y de luminoso te enriquece.
Sí, y cuando experimentas un sentimiento de reconocimiento hacia los humanos,
incluso si no te dan nada, recibes alguna cosa.
Esto te sorprende? No, esto no tiene nada de extraño.
El reconocimiento es una apertura de tú corazón y de tú alma y,
abriéndote de esta forma, recibes todo lo que hay de bello y de bueno en la naturaleza y en la vida.
Incluso si estos regalos no te estaban particularmente destinados,
eres tú quien los recibes, mientras que aquel que es ingrato, incluso si debiera recibirlos, no recibe nada.
Se agradecido y tendrás la sensación de que todo el Cielo se abre para ti.
Varias veces al día, aunque no tengas ningún motivo para hacerlo, di:
«Gracias, gracias, gracias Señor…
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