CONQUISTANDO LA GLORIA
Queriendo construir un nido estable,
en el flujo inconstante de la vida,
arrastra el hombre el fardo miserable
de una dura existencia inmerecida.
Piensa del mundo conquistar la gloria
y encuentra nada más que decepciones
que cubren de dolor su propia historia
en el vía-crucis vil de sus pasiones.
Prosigue, así, la búsqueda incesante
en su incansable marcha trashumante
buscando hallar la dicha ambicionada.
Encuentra, al final, esa ilusión buscada,
no en el vano festín de sus anhelos,
si no, en la paz que sube hacia los cielos
Oscar Jimènez Efrez
Oscar.J