NÁUFRAGIO
Como doliente náufraga,
en el mar de mi vida la encontré.
Venía de pasar crueles tormentas
de un pasado infeliz, de un mal ayer.
Yo le dí mi cariño.
En mis brazos abiertos
la náufraga doliente se aferró,
como si fuera un náufrago sediento,
ávido de cariño y protección.
Así, por un buen tiempo,
la náufraga en mis brazos descansó.
Cuando sus tempestades se alejaron,
también de mi cariño se alejò,
volvió a ser la náufraga doliente,
que en tempestuosas olas en furor,
arrastra, por sus mares interiores,
el pasado infeliz de otro amor
Oscar Jiménez Efrez
Oscar.J