El sol envía por todas partes en el espacio
partículas luminosas de una enorme pureza.
Y si sabes cómo concentraros,
llegaras a rechazar de tu organismo
muchas viejas partículas usadas,
apagadas, para reemplazarlas
por esas nuevas partículas que vienen del sol.
He aquí un ejercicio extremadamente útil
qué puedes hacer por la mañana a la salida del sol.
Con todo tu corazón, con toda tu alma,
intenta tomar esas partículas divinas e introducirlas en ti;
así, poco a poco,
renovaras la materia de tu ser,
pensarás y te comportaras
como un hijo y una hija de Dios,
gracias al sol. Omraam Mikhaël Aïvanhov
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