-Tú escribes porque fuiste un niño mimado,
un «spoiled child» -me dijo una vez alguien que se decía amigo mío.
Lo dijo así, en inglés, para mayor escarnio,
y aunque me dio rabia, creo que tenía razón.
Mi papá siempre pensó,
y yo le creo y lo imito,
que mimar a los hijos es el mejor sistema educativo.
En un cuaderno de apuntes
(que yo recogí después de su muerte bajo el título de Manual de tolerancia)
escribió lo siguiente:
«Si quieres que tu hijo sea bueno, hazlo feliz,
si quieres que sea mejor,hazlo más feliz.
Los hacemos felices para que sean buenos
y para que luego su bondad aumente su felicidad».
Es posible que nadie, ni los padres,
puedan hacer completamente felices a sus hijos.
Lo que sí es cierto y seguro es que los pueden hacer muy infelices.
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