La unión del alma y del espíritu.
El alma y el espíritu se unen para traer al mundo un germen que es el punto de partida,
en nosotros, de una nueva conciencia.
Esta conciencia se manifiesta como una luz interior que expulsa las tinieblas…
como un calor tan intenso que, incluso si el mundo entero nos abandonase,
nosotros no nos sentiríamos jamás solos…
como una vida abundante que expandimos dondequiera que vayamos.
Esta conciencia se acompaña de una afluencia de energías puras
que nos impulsa a trabajar para la venida del Reino de Dios.
Con este trabajo,
nosotros descubrimos la alegría extraordinaria
de sentirnos en conexión con todo el universo,
con todas las almas evolucionadas, de formar parte de esta inmensidad,
y tenemos la certeza de que nada ni nadie nos puede arrebatar esta alegría.
En la India, se denomina a este estado la conciencia búdica,
y entre los cristianos se le denomina el nacimiento de Cristo."