"El ser humano se esclaviza por el lujo
y las vanidades, persiguiendo riquezas
como si en ellas encontrara la dicha.
Mas no advierte que, cuanto más tiene,
más teme perderlo, y en esa angustia
se le escapa la verdadera felicidad.
Porque la dicha no está
en el oro ni en la opulencia,
sino en la brisa que acaricia el rostro,
en la risa sincera de un amigo,
en el pan compartido con gratitud.
¡Necio es aquel que busca en lo externo
lo que solo el alma puede hallar!
La vida sencilla es el mayor tesoro,
y quien la comprende,
es el más afortunado de los hombres".
Don Quijote de La Mancha
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