El dolor muscular general constituye el síntoma más destacado de la fibromialgia.
Frecuentemente la intensidad del dolor varía en función de la hora del
día, el nivel de actividad física, el clima, la fatiga y los patrones
de sueño.
Se calcula que en España están afectados entre un 2-3% de la población,
siendo más frecuente en mujeres que en hombres. La causa de la
fibromialgia es desconocida, no obstante, parece fundamental el papel
de la serotonina en este trastorno.
La fibromialgia ha sido reconocida por la OMS y hoy en día se
diagnostica basándose en los criterios descritos por el Colegio
Americano de Reumatología (criterios actualmente cuestionados por
algunos especialistas).
(…)
Algunas investigaciones demuestran que la perturbación del sueño
profundo altera muchas funciones críticas del cuerpo, como la
producción de sustancias químicas necesarias para reparar el tejido
muscular, así como la percepción del dolor por parte de la persona.
Así pues, parece claro que los trastornos de sueño, además de
constituir síntomas por ellos mismos, pueden agravar los síntomas de la
fibromialgia. Los síntomas clásicos del insomnio están generalmente
ausentes. La queja principal del paciente gira alrededor de los efectos
diurnos de un sueño no reparador, ligero e inestable.
La vigilia es vivida como difícil, con dolor y fatiga.
Los estudios polisomnográficos han permitido confirmar estas
alteraciones en el sueño del paciente con fibromialgia. Si se comparan
con sujetos normales de igual edad, se observa una disminución del
sueño lento y profundo, en particular de la fase 4.
Estas alteraciones son comparables con las que aparecen en los
insomnios crónicos excepto en la latencia de sueño que aparece normal
en la fibromialgia (Tabla III).
Respecto a la microarquitectura, la alteración más significativa es
la descrita por Moldofsky ya en el año 1975 y que consiste en la
aparición en el EEG de actividad alpha normal durante el sueño
profundo.
Es el llamado patrón “alpha- delta sep” que consiste básicamente en
la irrupción de ondas alpha durante el sueño profundo no REM provocando
micro-despertadas. Este patrón anormal alpha-delta sleep es
característico de la fibromialgia pero no es específico de ésta.
Puede también observarse en los insomnios, pacientes depresivos,
pacientes con dolor crónico sea cual sea su etiología (Tabla III).
Aproximadamente en el 50-60% de los casos de fibromialgia, durante el
sueño aparecen movimientos periódicos de las extremidades inferiores
–mioclonus- que, dependiendo de la intensidad, pueden agravar aún más
los problemas de sueño en este grupo de pacientes.
El tratamiento de la fibromialgia irá dirigido a mejorar la calidad
de sueño y a reducir el dolor. La polimedicación será una constante en
estos pacientes (analgésicos, hipnóticos, ansiolíticos…)
(…)
Es clara la complejidad del diagnóstico y sobretodo tratamiento de
fibromialgia y de sus síntomas asociados. Respecto al tratamiento de
los problemas de sueño, los hipnóticos no benzodiacepínicos parecen los
más indicados para estos casos ya que no afectan los parámetros
respiratorios del paciente y sobretodo respetan la estructura del sueño
a diferencia de la mayoría de hipnóticos benzodiacepínicos que quitan
sueño profundo.
De la misma manera, el tratamiento con antidepresivos parece muy
oportuno porque parece claro el papel modulador de la serotonina en los
trastornos de sueño en general y en la fibromialgia en particular.
De hecho, en la mayoría de los pacientes con fibromialgia los
antidepresivos tricíclicos y/o inhibidores selectivos de la recaptación
de serotonina (ISRS) parecen mejorar significativamente el sueño
nocturno además de mejorar el estado anímico.
Finalmente, junto con el tratamiento farmacológico, consideran útil
aplicar las mesuras de higiene del sueño y las técnicas
congnitivo-conductuales destinadas a conseguir un mayor grado de
autocontrol y autoeficacia en sus dificultades con el trastorno en
general y con el sueño en particular.
Fco. J. Segarra Isem