Hay una regla de oro para los
pacientes con fibromialgia que vayan a comenzar una rutina de
ejercicios. Esta es que se debe comenzar muy lento e ir en aumento
gradualmente. Según médicos y expertos, se recomienda una rutina fuerte
de ejercicios pero que comiencen poco a poco y vayan aumentando la
intensidad.
Comenzar una rutina
de ejercicios para una persona con fibromialgia puede ser muy doloroso
y frustrante, pero el ejercicio verdaderamente puede ser una gran
alternativa. Según la página cibernética FibroFitness, los beneficios
del ejercicio físico para una persona con la condición son los
siguientes:
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aumenta la autoestima y la confianza de la persona
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mejora el ánimo
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fortalece el corazón
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fortalece los músculos
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quema calorías
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mejora los niveles de colesterol
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alivia el estrés
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previene riesgos de ataques al corazón, hipertensión y diabetes
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mejora la condición sanguínea
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aumenta la energía
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ayuda a mejorar el sueño y la digestión
Ahora bien, cuáles
deben ser los ejercicios recomendados para una persona con
fibromialgia? Uno de los más recomendados resulta ser los ejercicios de
estiramiento y fortalecimiento. Este tipo de ejercicio es muy
beneficioso, debido a que reduce la rigidez y fortalece los músculos.
Los estiramientos en realidad son parte del calentamiento y del
descanso de cada rutina de ejercicios. En dichos estiramientos se
utilizan diversas técnicas, entre ellas la de "rociar y estirar". En
esta se localizan los puntos sensibles del cuerpo y luego se rocían con
cloruro de etilo o flúor-metano (sustancias químicas que enfrían los
vasos sanguíneos de la piel).
Otro tipo de
ejercicio muy recomendados para la persona con fibromialgia son los
aeróbicos de bajo impacto, los cuales evitan la atrofia muscular y
aumentan la fuerza y el vigor. Estos ayudan además a mejorar la postura
y flexibilidad, así como la circulación sanguínea y en general
contribuyen a que el paciente se sienta mejor. La clave es llevar o
guiar al paciente a través de un programa de ejercicios que respete o
considere sus limitaciones.
Caminar es otro
ejercicio que puede resultar muy útil para los pacientes con
fibromialgia. Este ayuda a quemar calorías y a reducir el estrés.
Además no requiere un equipo especial (sólo ropa cómoda) y se puede
comenzar en el nivel que el paciente sabe que puede tolerar.
Los ejercicios en el
agua, o acuaeróbicos, también pueden ser muy beneficiosos. En ellos se
le brinda énfasis al sistema cardiovascular y al sistema muscular, y el
riesgo de lesiones es mínimo. Así mismo, la bicicleta estacionaria
puede ser un gran recurso. Para los pacientes que sienten temor de que
cualquier tipo de ejercicio puede ser gravoso a su condición, ambos
ejercicios pueden resultar de mucho provecho.
Un punto sumamente
importante que debemos mencionar aquí es que la clave para un ejercicio
efectivo en pacientes con fibromialgia es reconocer sus propias
limitaciones. Si la persona tiene mucho dolor o una pobre condición
física necesita comenzar con ejercicios de bajo impacto. Por ejemplo,
comenzar con ejercicios durante 3 a 5 minutos e ir aumentando
gradualmente.