|
۰۪۪۫۫●۪۫۰ Salud, Temas Varios ۰۪۪۫۫●۪۫۰: ۰۪۪۫۫●۪۫۰ Depresión.. otro tema extenso.. ۰۪۪۫۫●۪۫۰
Elegir otro panel de mensajes |
|
De: Roxana Tana (Mensaje original) |
Enviado: 26/09/2009 21:35 |
¿Qué es un transtorno depresivo?
El trastorno depresivo es una enfermedad que afecta el organismo (cerebro), el ánimo, y la manera de pensar.
Afecta la forma en que una persona come y duerme. Afecta cómo uno se
valora a sí mismo (autoestima) y la forma en que uno piensa. Un
trastorno depresivo no es lo mismo que un estado pasajero de tristeza.
No indica debilidad personal.
No es una condición de la cual uno puede liberarse a voluntad. Las
personas que padecen de un trastorno depresivo no pueden decir
simplemente "ya basta, me voy a poner bien".
Sin tratamiento, los síntomas pueden durar semanas, meses e incluso
años. Sin embargo, la mayoría de las personas que padecen de depresión
puede mejorar con un tratamiento adecuado.
Tipos de depresión
Al igual que en otras enfermedades,
por ejemplo las enfermedades del corazón, existen varios tipos de
trastornos depresivos. Este panfleto describe brevemente los tres tipos
más comunes. Los tres tipos son: depresión severa, la distimia y el
trastorno bipolar. En cada uno de estos tres tipos de depresión, el
número, la gravedad y la persistencia de los síntomas varían.
La depresión severa
se manifiesta por una combinación de síntomas (vea la lista de
síntomas) que interfieren con la capacidad para trabajar, estudiar,
dormir, comer y disfrutar de actividades que antes eran placenteras. Un
episodio de depresión muy incapacitante puede ocurrir sólo una vez en
la vida, pero por lo general ocurre varias veces en el curso de la
vida. La distimia, un tipo de depresión
menos grave, incluye síntomas crónicos (a largo plazo) que no
incapacitan tanto, pero sin embargo interfieren con el funcionamiento y
el bienestar de la persona. Muchas personas con distimia también pueden
padecer de episodios depresivos severos en algún momento de su vida.
Otro tipo de depresión es el trastorno bipolar, llamado también enfermedad maníaco-depresiva.
Éste no es tan frecuente como los
otros trastornos depresivos. El trastorno bipolar se caracteriza por
cambios cíclicos en el estado de ánimo: fases de ánimo elevado o
eufórico (manía) y fases de ánimo bajo (depresión).
Los cambios de estado de ánimo pueden ser dramáticos y rápidos, pero más a menudo son graduales.
Cuando una persona está en la fase
depresiva del ciclo, puede padecer de uno, de varios o de todos los
síntomas del trastorno depresivo.
Cuando está en la fase maníaca, la persona puede estar hiperactiva, hablar excesivamente y tener una gran cantidad de energía.
La manía a menudo afecta la manera de
pensar, el juicio y la manera de comportarse con relación a los otros.
Puede llevar a que el paciente se meta en graves problemas y
situaciones embarazosas.
Por ejemplo, en la fase maníaca la
persona puede sentirse feliz o eufórica, tener proyectos grandiosos,
tomar decisiones de negocios descabelladas, e involucrarse en aventuras
o fantasías románticas. Si la manía se deja sin tratar puede empeorar y
convertirse en un estado sicótico (el paciente pierde temporalmente la
razón).
Síntomas de depresión y manía
No todas las personas que están en
fases depresivas o maníacas padecen de todos los síntomas. Algunas
padecen de unos pocos síntomas, otras tienen muchos. La gravedad de los
síntomas varía según la persona y también puede variar con el tiempo.
Depresión
- Estado de ánimo triste, ansioso o "vacío" en forma persistente.
- Sentimientos de desesperanza y pesimismo.
- Sentimientos de culpa, inutilidad y desamparo.
- Pérdida de interés o placer en pasatiempos y actividades que antes se disfrutaban, incluyendo la actividad sexual.
- Disminución de energía, fatiga, agotamiento, sensación de estar "en cámara lenta."
- Dificultad para concentrarse, recordar y tomar decisiones.
- Insomnio, despertarse más temprano o dormir más de la cuenta.
- Pérdida de peso, apetito o ambos, o por el contrario comer más de la cuenta y aumento de peso.
- Pensamientos de muerte o suicidio; intentos de suicidio.
- Inquietud, irritabilidad.
- Síntomas
físicos persistentes que no responden al tratamiento médico, como
dolores de cabeza, trastornos digestivos y otros dolores crónicos.
Manía
- Euforia anormal o excesiva.
- Irritabilidad inusual.
- Disminución de la necesidad de dormir.
- Ideas de grandeza.
- Conversación excesiva.
- Pensamientos acelerados.
- Aumento del deseo sexual.
- Energía excesivamente incrementada.
- Falta de juicio.
- Comportarse en forma inapropiada en situaciones sociales.
|
|
|
Primer
Anterior
2 a 4 de 4
Siguiente
Último
|
|
Causas de la depresión
Algunos tipos de depresión tienden a
afectar miembros de la misma familia, lo cual sugeriría que se puede
heredar una predisposición biológica. Esto parece darse en el caso del
trastorno bipolar. Los estudios de familias con miembros que padecen
del trastorno bipolar en cada generación, han encontrado que aquellos
que se enferman tienen una constitución genética algo diferente de
quienes no se enferman. Sin embargo, no todos los que tienen la
predisposición genética para el trastorno bipolar lo padecen. Al
parecer, hay otros factores adicionales que contribuyen a que se
desencadene la enfermedad: posiblemente tensiones en la vida, problemas
de familia, trabajo o estudio.
En algunas familias la depresión
severa se presenta generación tras generación. Sin embargo, la
depresión severa también puede afectar a personas que no tienen una
historia familiar de depresión. Sea hereditario o no, el trastorno
depresivo severo está a menudo asociado con cambios en las estructuras
o funciones cerebrales.
Las personas con poca autoestima se
perciben a sí mismas y perciben al mundo en forma pesimista. Las
personas con poca autoestima y que se abruman fácilmente por el estrés
están predispuestas a la depresión. No se sabe con certeza si esto
representa una predisposición psicológica o una etapa temprana de la
enfermedad.
En los últimos años, la investigación
científica ha demostrado que algunas enfermedades físicas pueden
acarrear problemas mentales. Enfermedades tales como los accidentes
cerebro-vasculares, los ataques del corazón, el cáncer, la enfermedad
de Parkinson y los trastornos hormonales, pueden llevar a una
enfermedad depresiva. La persona enferma y deprimida se siente apática
y sin deseos de atender a sus propias necesidades físicas, lo cual
prolonga el periodo de recuperación. La pérdida de un ser querido, los
problemas en una relación personal, los problemas económicos, o
cualquier situación estresante en la vida (situaciones deseadas o no
deseadas) también pueden precipitar un episodio depresivo. Las causas
de los trastornos depresivos generalmente incluyen una combinación de
factores genéticos, psicológicos y ambientales. Después del episodio
inicial, otros episodios depresivos casi siempre son desencadenados por
un estrés leve, e incluso pueden ocurrir sin que haya una situación de
estrés.
La depresión en la mujer
La depresión se da en la mujer con una frecuencia casi el doble de la del hombre.1
Factores hormonales podrían contribuir a la tasa más alta de depresión
en la mujer. En particular, los cambios del ciclo menstrual, el
embarazo, el aborto, el periodo de posparto, la premenopausia y la
menopausia. Muchas mujeres tienen más estrés por las responsabilidades
del cuidado de niños, el mantenimiento del hogar y un empleo. Algunas
mujeres tienen una mayor carga de responsabilidad por ser madres
solteras o por asumir el cuidado de padres ancianos.
Un estudio reciente del Instituto
Nacional de Salud Mental (NIMH por su sigla en inglés) demostró que las
mujeres predispuestas a padecer del síndrome premenstrual (SPM) severo
se alivian de sus síntomas físicos y anímicos (por ejemplo depresión)
cuando se les suprimen sus hormonas sexuales con una medicación. Si se
deja de dar dicha medicación, las hormonas se reactivan y al poco
tiempo los síntomas vuelven. Por otro lado, a las mujeres sin SPM, la
supresión temporal de las hormonas no les produce ningún efecto.
Muchas mujeres tienen un riesgo alto
de deprimirse después del nacimiento de un bebé. En algunas mujeres los
cambios hormonales y físicos, así como la responsabilidad de una nueva
vida, pueden llevar a una depresión de posparto. Aunque las madres
nuevas comúnmente tienen periodos pasajeros de tristeza, un episodio
depresivo severo no es normal y requiere tratamiento. El tratamiento
por un médico sensible, y el apoyo emocional de la familia son de
importancia vital para que la nueva madre recupere su bienestar físico
y mental. El tratamiento devuelve la capacidad para cuidar y disfrutar
el niño.
Depresión en el hombre
Aunque el hombre tiene menos
probabilidad de sufrir depresiones que la mujer, de tres a cuatro
millones de hombres en los Estados Unidos son afectados. El hombre
tiende as ser más reacio para admitir que tienen depresión. Por lo
tanto, el diagnóstico de depresión puede ser más difícil de hacer. El
hombre es diagnosticado menos que la mujer. La tasa de suicidio en el
hombre es cuatro veces más alta que en la mujer. Sin embargo, los
intentos de suicidio son más comunes en la mujer que en el hombre. A
partir de los 70 años de edad, la tasa de suicidio en el hombre
aumenta, alcanzando el nivel máximo después de los 85 años.
La depresión también puede afectar la
salud física del hombre, aunque en una forma diferente a la de la
mujer. Un estudio reciente indicó que la depresión se asocia con un
riesgo elevado de enfermedad coronaria (infartos de corazón) en ambos
sexos. Sin embargo, sólo el hombre tiene una tasa alta de muerte debida
a una enfermedad coronaria que se da junto con un trastorno depresivo.
El alcohol y las drogas enmascaran la
depresión en el hombre más comúnmente que en la mujer. Igualmente, el
hábito socialmente aceptable de trabajar en exceso, puede enmascarar
una depresión. En el hombre, no es raro que la depresión se manifieste
con irritabilidad, ira y desaliento, en lugar de sentimientos de
desesperanza o desamparo. Por lo tanto, puede ser difícil de reconocer.
Incluso cuando el hombre se da cuenta de que está deprimido, comparado
con la mujer, tiende menos a buscar ayuda. El apoyo familiar
generalmente es una ayuda importante. Algunas compañías ofrecen
programas de salud mental para sus empleados. Estos pueden ser de gran
ayuda para el hombre. Es importante que el hombre deprimido entienda y
acepte la idea que la depresión es una enfermedad real que requiere
tratamiento.
La depresión en la vejez
Es erróneo creer que es normal que
los ancianos se depriman. Por el contrario, la mayoría de las personas
de edad se sienten satisfechas con sus vidas. Cuando un anciano se
deprime, a veces su depresión se considera erróneamente un aspecto
normal de la vejez. La depresión en los ancianos, si no se diagnostica
ni se trata, causa un sufrimiento innecesario para el anciano y para su
familia. Con un tratamiento adecuado, el anciano tendría una vida
placentera. Cuando la persona de edad va al médico, puede solo
describir síntomas físicos. Esto pasa por que el anciano puede ser
reacio a hablar de su desesperanza y tristeza. La persona mayor puede
no querer hablar de su falta de interés en las actividades normalmente
placenteras, o de su pena después de la muerte de un ser querido,
incluso cuando el duelo se prolonga por mucho tiempo.
Las depresiones subyacentes en los
ancianos son cada vez más identificadas y tratadas por los
profesionales de salud mental. Los profesionales van reconociendo que
los síntomas depresivos en los ancianos se pueden pasar por alto
fácilmente. También los profesionales detectan mejor los síntomas
depresivos que se deben a efectos secundarios de medicamentos que el
anciano está tomando, o debidos a una enfermedad física concomitante.
Si se hace el diagnóstico de depresión, el tratamiento con medicamentos
o psicoterapia ayuda a que la persona deprimida recupere su capacidad
para tener una vida feliz y satisfactoria. La investigación científica
reciente indica que la psicoterapia breve (terapia a través de pláticas
que ayudan a la persona en sus relaciones cotidianas, y ayudan a
aprender a combatir los pensamientos distorsionados negativamente que
generalmente acompañan a la depresión), es efectiva para reducir a
corto plazo los síntomas de la depresión en personas mayores. La
psicoterapia también es útil cuando los pacientes ancianos no pueden o
no quieren tomar medicamentos. Estudios de la eficacia de la
psicoterapia demuestran que la depresión en la vejez puede tratarse
eficazmente con psicoterapia.
El mejor reconocimiento y tratamiento
de la depresión en la vejez hará que este periodo de la vida sea más
placentero para el anciano deprimido, para su familia y para quienes le
cuidan.
La depresión en la niñez
La depresión en la niñez se empezó a
reconocer solo hace dos décadas. El niño deprimido puede simular estar
enfermo, rehusar a ir a la escuela, no querer separase de los padres o
tener miedo a que uno de los padres se muera. El niño más grande puede
ponerse de mal humor, meterse en problemas en el colegio, comportarse
como un niño travieso o indisciplinado, estar malhumorado o sentirse
incomprendido. Dado que los comportamientos normales varían de una
etapa de la niñez a la otra, es a veces difícil establecer si un niño
está simplemente pasando por una fase de su desarrollo o si está
verdaderamente padeciendo de depresión. A veces el niño tiene un cambio
de comportamiento marcado que preocupa a los padres, o el maestro
menciona que el "niño no parece ser él mismo". En tal caso, después de
descartar problemas físicos, el pediatra puede sugerir que el niño sea
evaluado, preferiblemente por un psiquiatra especializado en niños. De
ser necesario un tratamiento, el médico puede sugerir psicoterapia,
generalmente hecha por otro profesional, como un trabajador social o un
psicólogo, mientras él receta medicamentos si son necesarios. Los
padres no deben tener miedo de hacer preguntas: ¿Está capacitado el
profesional que va a llevar a cabo la psicoterapia? ¿Qué tipo de
psicoterapia recibirá el niño? ¿La familia deberá participar en la
terapia? ¿Será el niño tratado con antidepresivos? De ser así, ¿cuáles
podrían ser los efectos secundarios?
El Instituto Nacional de Salud Mental
(NIMH) ha identificado el uso de medicamentos para la depresión en
niños como un área importante de investigación. Las Unidades de
Investigación en Psicofarmacología Pediátrica (Research Units on Pediatric Psychopharmacology, RUPP),
respaldadas y financiadas por el NIMH, conforman una red de siete
centros de investigación donde se llevan a cabo estudios clínicos.
Estos investigan la eficacia de medicamentos usados para tratar varios
trastornos mentales en niños y adolescentes. Entre los medicamentos en
estudio, se cuentan algunos antidepresivos que han demostrado ser
efectivos en el tratamiento de niños con depresión, cuando el médico
los receta y supervisa correctamente.
|
|
|
|
Evaluación diagnóstica y tratamiento
El primer paso para recibir un
tratamiento adecuado para la depresión consiste en un examen médico.
Ciertos medicamentos, así como algunas enfermedades, por ejemplo
infecciones vitales, pueden producir los mismos síntomas que la
depresión. El médico debe descartar esas posibilidades por medio de un
examen físico, entrevista del paciente y análisis de laboratorio. Si
causas físicas son descartadas, el médico debe realizar una evaluación
psicológica o dirigir a el paciente a un psiquiatra o psicólogo.
Una buena evaluación diagnóstica debe
incluir una historia médica completa. ¿Cuándo comenzaron los síntomas,
cuánto han durado, qué tan serios son? Si el paciente los ha tenido
antes, el médico debe averiguar si los síntomas fueron tratados y qué
tratamiento se dio. El médico también debe preguntar acerca del uso de
alcohol y drogas, y si el paciente tiene pensamientos de muerte o
suicidio. Además, la entrevista debe incluir preguntas sobre otros
miembros de la familia. ¿Algún pariente ha tenido depresión y si fue
tratado, qué tratamientos recibió y qué tratamientos fueron efectivos?
Por último, una evaluación
diagnóstica debe incluir un examen del estado mental para determinar si
los patrones de habla, pensamiento o memoria se han afectado, como pasa
algunas veces en el caso de enfermedad depresiva o maníaco-depresiva.
La selección del tratamiento
dependerá del resultado de la evaluación. Existe una gran variedad de
medicamentos antidepresivos y psicoterapias que se pueden utilizar para
tratar los trastornos depresivos. La psicoterapia sola es efectiva en
algunas personas con formas más leves de depresión. Las personas con
depresión moderada o severa más a menudo mejoran con antidepresivos. La
mayoría obtienen un resultado óptimo con un tratamiento combinado de
medicamentos para obtener un alivio relativamente rápido de los
síntomas y psicoterapia para aprender a enfrentar mejor los problemas
de la vida, incluyendo la depresión. El psiquiatra puede recetar
medicamentos y una de las diversas formas de psicoterapia que han
mostrado ser efectivas para la depresión, o ambos, dependiendo del
diagnóstico del paciente y de la seriedad de los síntomas.
La terapia electro-convulsiva
(TEC o "Electro-shock") es útil, especialmente para los pacientes cuya
depresión es severa o pone su vida en peligro y para los pacientes que
no pueden tomar antidepresivos.3
La TEC es a menudo efectiva en casos en que los medicamentos
antidepresivos no proporcionan un alivio suficiente. En los últimos
años la TEC se ha perfeccionado mucho. Antes de administrar el
tratamiento, que se hace bajo anestesia de duración breve, se
administra un relajante muscular. Se colocan electrodos en sitios
precisos de la cabeza, para enviar impulsos eléctricos. La estimulación
ocasiona una convulsión breve (aproximadamente 30 segundos) dentro del
cerebro. La persona que recibe TEC no percibe conscientemente el
estímulo eléctrico. Para obtener el máximo beneficio terapéutico se
requieren varias sesiones de TEC, usualmente programadas con un
promedio de tres por semana.
Medicamentos
Hay varios tipos de medicamentos
antidepresivos utilizados para tratar trastornos depresivos. Estos
incluyen los "inhibidores selectivos de la recaptación de
serotonina"(ISRS) que son medicamentos nuevos, los tricíclicos y los
"inhibidores de la monoaminoxidasa" (IMAO). Los ISRS y otros
medicamentos aún más nuevos que afectan los neurotransmisores como la
dopamina o la noradrenalina, generalmente tienen menos efectos
secundarios que los tricíclicos. Algunas veces el médico prueba una
variedad de antidepresivos antes de encontrarse el medicamento o
combinación de medicamentos más efectiva. Generalmente la dosis se debe
ir aumentando hasta que la medicación es efectiva. Por lo general, el
efecto terapéutico completo de los medicamentos antidepresivos no se
observa inmediatamente. Hay que tomarlo en dosis adecuadas por 3 ó 4
semanas, y en algunos casos lleva hasta 8 semanas, para que se produzca
el efecto completo. Sin embargo a veces se empiezan a ver mejorías en
las primeras semanas.
Es posible que el paciente se sienta
tentado a dejar de tomar el medicamento prematuramente. Él puede
sentirse mejor y pensar que ya no lo necesita. O puede pensar que el
medicamento no le está ayudando en absoluto. Es importante seguir
tomando el medicamento hasta que éste tenga oportunidad de actuar en el
organismo. Algunos efectos secundarios (vea la sección Efectos
Secundarios, página 13) pueden aparecer incluso antes de que se
produzca el efecto antidepresivo. Una vez que el paciente se sienta
mejor, es importante continuar el medicamento por 4 a 9 meses para
prevenir una recaída de la depresión. Algunos medicamentos deben dejar
de tomarse gradualmente (es decir reduciendo la dosis poco a poco) para
dar tiempo a que el organismo se adapte y para prevenir síntomas de
abstinencia, los que se producen cuando algunos medicamentos se
descontinúan abruptamente. En los casos de trastorno bipolar y
depresión severa crónica o recurrente, es posible que el paciente tenga
que tomar el medicamento por un tiempo indefinido.
Al contrario de lo que algunas personas creen, los medicamentos antidepresivos no crean hábito.
Sin embargo, como sucede con cualquier tipo de medicamento recetado por
periodos prolongados, los antidepresivos deben ser supervisados
cuidadosamente por el médico para determinar si se están dando en una
dosis correcta. El médico debe verificar la dosificación y la
efectividad del tratamiento en forma periódica.
Hay un pequeño grupo de personas que
no responden a los antidepresivos usados más comúnmente (tricíclicos,
ISRS y otros antidepresivos nuevos) y para las cuales los IMAO son el
mejor tratamiento. Las personas que están tomando esta clase de
antidepresivos debe evitar determinados alimentos. Ciertos alimentos
contienen niveles elevados de la sustancia llamada tiramina (la que
normalmente se encuentra en quesos fermentados, vinos y encurtidos o
alimentos en conserva de vinagre). Cuando el paciente toma un IMAO,
estos alimentos deben ser estrictamente evitados, al igual que algunos
medicamentos como los descongestionantes que se toman para los resfríos
y algunas alergias. La interacción de la tiramina con los IMAO puede
ocasionar una crisis hipertensiva (subida brusca y extrema de la
presión arterial) que puede llevar a la ruptura de una arteria en el
cerebro, es decir un accidente cerebro-vascular. El médico debe
proporcionar al paciente una lista completa de los alimentos
prohibidos. El paciente debe llevar la lista consigo en todo momento.
Las otras clases de antidepresivos (tricíclicos, ISRS y otros
antidepresivos nuevos) no requieren restricciones alimenticias.
Nunca se deben combinar medicamentos de ningún tip—recetados, sin receta o prestados—sin consultar al médico.
Cualquier otro profesional de la salud que pueda recetarle un
medicamento (por ejemplo el dentista u otro especialista) tiene que
saber qué medicamentos está tomando el paciente. Aunque algunos
medicamentos son inocuos cuando se toman solos, si se toman en
combinación con otros pueden ocasionar efectos secundarios peligrosos.
Algunas substancias, como el alcohol y las drogas de adicción, pueden
reducir la efectividad de los antidepresivos y por lo tanto se deben
evitar. Deben evitarse el vino, la cerveza y las bebidas alcohólicas
destiladas, por ejemplo tequila, gin, ron, vodka, güisqui y licores. A
algunas personas que están tomando uno de los antidepresivos nuevos, el
médico puede permitirles el uso de una cantidad moderada de alcohol, si
la persona no ha tenido un problema de alcoholismo.
Los sedantes o medicamentos
ansiolíticos, que se dan para la ansiedad, no son antidepresivos. A
veces son recetados junto con los antidepresivos, sin embargo, por si
solos no son efectivos para tratar la depresión. Los estimulantes, como
las anfetaminas, no son efectivos para tratar la depresión.
Ocasionalmente se utilizan bajo estricta supervisión médica en personas
que padecen al mismo tiempo de una enfermedad física y de depresión.
Las preguntas
sobre los antidepresivos recetados y problemas que puedan estar
relacionados con el medicamento, deben tratarse con el médico.
El litio ha sido por muchos años el
tratamiento de elección para el trastorno bipolar por su efectividad
para prevenir los extremos del estado de ánimo comunes en este
trastorno. Su uso debe ser supervisado cuidadosamente por el médico, ya
que hay poca diferencia entre las dosis efectivas y las tóxicas. Si una
persona tiene un trastorno preexistente de tiroides, renal, cardíaco o
epilepsia, el litio puede no ser recomendable. Afortunadamente, otros
medicamentos han demostrado ser útiles para controlar cambios de ánimo
extremos. Entre estos se encuentran dos anticonvulsivos: la
carbamazepina (Tegretol®) y el ácido valproico (Depakote®). Ambos
medicamentos han tienen una aceptación amplia en la práctica clínica.
El ácido valproico ha sido aprobado por la Administración de Alimentos
y Drogas de los EE.UU. (Food and Drug Administration, FDA) como un
tratamiento de primera línea para la manía aguda. Otros anticonvulsivos
que se empezaron a utilizar más recientemente son la lamotrigina
(Lamictal®) y la gabapentina (Neurontin®). Se está estudiando qué tan
eficaces son éstos para el tratamiento del trastorno bipolar.
La mayoría de las personas con
trastorno bipolar toman más de un medicamento. Junto con el litio y un
anticonvulsivo, el paciente puede necesitar un medicamento para otros
síntomas que se asocian frecuentemente con la bipolaridad: agitación,
ansiedad, depresión e insomnio. Es de vital importancia encontrar la
mejor combinación posible de estos medicamentos para cada paciente.
Para esto se requiere que el médico supervise el tratamiento
cuidadosamente.
Efectos secundarios
En algunas personas, los
antidepresivos pueden causar efectos secundarios que generalmente son
leves y temporales (conocidos a veces como efectos adversos). Por lo
general son molestos, pero no graves. Sin embargo si se presenta una
reacción o efecto secundario que es inusual o que interfiere con el
funcionamiento normal, el médico debe ser notificado de inmediato.
Estos son los efectos secundarios más comunes de los antidepresivos y
las formas de manejarlos:
- Boca seca: es útil tomar sorbos de agua, masticar goma de mascar, cepillar los dientes diariamente.
- Estreñimiento: la dieta debe incluir cereales con contenido alto de fibra, ciruelas, frutas y vegetales.
- Dificultad al orinar:
vaciar la vejiga puede ser dificultoso y el chorro de orina puede no
ser tan fuerte como de costumbre; debe notificarse al médico si hay
dificultad seria o dolor.
- Problemas sexuales: el funcionamiento sexual puede alterarse; si se vuelve preocupante, debe conversarse con el médico.
- Visión borrosa: esto generalmente pasa pronto y no se requieren lentes nuevos.
- Mareos: conviene levantarse lentamente de la cama o de la silla.
- Somnolencia o modorra diurna:
esto generalmente pasa pronto. Una persona que se sienta somnolienta o
sedada no debe conducir ni operar máquinas o vehículos. Los
antidepresivos más sedantes se toman generalmente al acostarse, para
ayudar a dormir y minimizar la somnolencia diurna.
Los antidepresivos más nuevos tienen diferentes tipos de efectos secundarios:
- Dolor de cabeza: generalmente se pasa.
- Náusea: también es pasajera, incluso cuando la sensación de náusea ocurre después de cada dosis, es solo por un rato.
- Nerviosismo e insomnio (dificultad para dormirse o despertar a menudo durante la noche): estos pueden ocurrir durante las primeras semanas; usualmente se resuelven con el tiempo o tomando una dosis más pequeña.
- Agitación (sentirse inquieto, tembloroso o nervioso): si esto pasa por primera vez después de tomar el medicamento y es persistente, el médico debe ser notificado.
- Problemas sexuales: el médico debería ser consultado si el problema es persistente o preocupante.
Terapia naturista
En los últimos años, el uso de
hierbas para el tratamiento tanto de la depresión como de la ansiedad
ha generado un gran interés. La yerba de San Juan o Corazoncillo (St.
Johns wort o Hypericum perforatum), que es una hierba muy
utilizada en Europa para el tratamiento de la depresión moderada, ha
captado recientemente la atención de los estadounidenses. La yerba de
San Juan, una planta muy bonita y de crecimiento lento que se cubre de
flores amarillas en el verano, ha sido usada durante siglos en muchos
remedios naturales y populares. En Alemania, el Hypericum se
utiliza actualmente para el tratamiento de la depresión más que
cualquier otro antidepresivo. Sin embargo, la eficacia de esta hierba
no se ha aclarado por que los estudios científicos que se han llevado a
cabo fueron a corto plazo y utilizaron varias dosis diferentes.
Psicoterapias
Muchas formas de psicoterapia,
incluso algunas terapias a corto plazo (10-20 semanas), pueden ser
útiles para los pacientes deprimidos.
Las terapias "de conversación" ayudan
a los pacientes a analizar sus problemas y a resolverlos, a través de
un intercambio verbal con el terapeuta. Algunas veces estas pláticas se
combinan con "tareas para hacer en casa" entre una sesión y otra.
Los profesionales de la psicoterapia
que utilizan una terapia "de comportamiento" procuran ayudar a que el
paciente encuentre la forma de obtener más satisfacción a través de sus
propias acciones. También guían al paciente para que abandone patrones
de conducta que contribuyen a su depresión o que son consecuencia de su
depresión.
Estudios de investigación han
comprobado que dos psicoterapias a corto plazo son útiles para algunas
formas de depresión. Se trata de la terapia interpersonal y de la
cognitiva-conductual.
Los terapeutas interpersonales se
concentran en los problemas en las relaciones con los otros que causan
y agravan la depresión. Los terapeutas cognitivo-conductuales ayudan a
los pacientes a cambiar los estilos negativos de pensamiento y
comportamiento que se asocian con la depresión.
Las terapias dinámicas o "de
insight", que se usan en ocasiones para tratar personas deprimidas,
apuntan a ayudar al paciente a resolver sus conflictos. Estas terapias
a menudo se reservan para casos en que los síntomas depresivos han
mejorado bastante. Para obtener mejores resultados, los cuadros
depresivos severos (en especial los que son recurrentes) por lo general
requieren medicamentos (o ECT bajo condiciones especiales), junto con,
o antes de, una psicoterapia.
|
|
|
|
Cómo uno puede ayudarse a si mismo cuando está deprimido
Los trastornos depresivos hacen que
uno se sienta exhausto, inútil, desesperanzado y desamparado. Esas
maneras negativas de pensar y sentirse hacen que las personas quieran
darse por vencidas. Es importante ser consciente de que las maneras
negativas de ver las cosas son parte de la depresión.
Estas son distorsiones que, por lo
general, no se basan en circunstancias reales. Los pensamientos
negativos desaparecen cuando el tratamiento empieza a hacer efecto.
Mientras tanto:
- Fíjese metas realistas, tomando en cuenta la depresión, y no trate de asumir una cantidad excesiva de responsabilidades.
- Divida las metas en partes pequeñas, establezca prioridades y haga lo que pueda cuando pueda.
- Trate de estar acompañado y de confiar en alguna persona; siempre es mejor que estar solo y no hablar con nadie.
- Tome parte en actividades que le ayuden a sentirse mejor.
- Haga
ejercicio liviano, vaya al cine, vaya a un juego deportivo, o participe
en actividades recreativas, religiosas, sociales o de otro tipo. Todo
eso puede ayudar.
- No espere que su estado de ánimo mejore de inmediato, sino gradualmente. Sentirse mejor toma tiempo.
- Es
aconsejable que posponga las decisiones importantes hasta que la
depresión mejore. Antes de hacer cambios importantes, como cambiar de
trabajo, casarse o divorciarse, consulte con personas que lo conozcan
bien y tengan una visión más objetiva de su situación.
- La gente rara vez sale de una depresión de un día para el otro. Pero se puede sentir un poco mejor cada día.
- Recuerde,
patrones positivos de pensamiento eventualmente van a reemplazar los
pensamientos negativos que son parte de la depresión. Los patrones
negativos van a desaparecer tan pronto su depresión responda al
tratamiento.
- Recuerde,
tan pronto su depresión responda al tratamiento, los pensamientos
negativos van a ser reemplazadas por pensamientos positivos.
- Deje que sus familiares y amigos le ayuden.
Cómo pueden los familiares y amigos ayudar a la persona deprimida
Lo más importante que alguien puede
hacer por la persona deprimida es ayudarle a que reciba el diagnóstico
y tratamiento adecuados.
Esto tal vez implique que tenga que
aconsejar al paciente para que no deje el tratamiento antes de que los
síntomas puedan empezar a aliviarse (varias semanas).
Tal vez implique ayudarle a obtener un tratamiento diferente, si no se observa ninguna mejoría con el primer tratamiento.
En ocasiones puede requerir que el
familiar o amigo haga una cita y acompañe a la persona deprimida al
médico. A veces es necesario asegurarse que la persona deprimida esté
tomando el medicamento.
A la persona deprimida se le debe
recordar que obedezca las órdenes médicas con respecto a beber bebidas
alcohólicas mientras está medicado. Otra cosa muy importante es dar
apoyo emocional. Esto implica comprensión, paciencia, afecto y
estímulo.
Busque la forma de conversar con la
persona deprimida y escucharla con atención. No minimice los
sentimientos que el paciente expresa pero señale la realidad y ofrezca
esperanza.
No ignore comentarios o alusiones al
suicidio. Informe al terapeuta si la persona deprimida hace comentarios
sobre la muerte o el suicidio. Invite a la persona deprimida a caminar,
pasear, ir al cine y a otras actividades.
Persista con delicadeza si su
invitación es rechazada. Fomente la participación del paciente en
actividades que antes le daban placer, como pasatiempos, deportes,
actividades religiosas o culturales, pero no fuerce a la persona
deprimida a hacer demasiadas cosas demasiado pronto.
La persona deprimida necesita diversión y compañía, pero demasiadas exigencias pueden aumentar su sentimientos de fracaso.
No acuse a la persona deprimida de
simular enfermedad o ser perezoso, ni espere que salga de esa situación
de un día para el otro.
Con tratamiento, la mayoría de las
personas mejora. Tenga eso presente y continúe repitiéndole a la
persona deprimida que con tiempo y ayuda va a sentirse mejor.
|
|
|
Primer
Anterior
2 a 4 de 4
Siguiente
Último
|
|
|
|
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados | |
|
|