¿Qué es?
El
cérvix es la parte inferior del útero o matriz y se conoce comúnmente
como cuello de la matriz. El cérvix tiene un papel muy importante en el
mantenimiento de un embarazo normal. El cáncer de cérvix constituye el
6 por ciento de los tumores malignos en mujeres. Existen principalmente
dos tipos de cáncer de cérvix: carcinoma escamoso en el 90 por ciento
de los casos y adenocarcinoma en el 10 por ciento.
Causas
Existen
algunos factores que se han relacionado con la incidencia del cáncer de
cérvix. El factor de riesgo más importante en el desarrollo de lesiones
premalignas (CIN) o cáncer de cérvix es la infección por papilomavirus,
especialmente los tipos 16 y 18. Otros factores son:
- El consumo de tabaco.
- La promiscuidad sexual.
- Edad precoz de inicio de relaciones sexuales.
- Número de hijos elevado.
- Bajo nivel socioeconómico.
Por
ello, se recomienda habitualmente la realización del test de
Papanicolaou cuando la mujer comienza a mantener relaciones sexuales,
de manera anual en mujeres de alto riesgo y en mujeres de bajo riesgo,
después de 2-3 revisiones normales, se pueden realizar cada 3 años.
Síntomas
Los
programas de detección precoz permiten diagnosticarlo en mujeres
asintomáticas. Habitualmente el primer síntoma de cáncer de cérvix es
el sangrado postcoital o entre dos menstruaciones. También puede ir
acompañado de un aumento en las secreciones vaginales, que se hacen
malolientes.
Tratamientos
El
tratamiento del cáncer de cérvix depende del tamaño del tumor y del
estadio en que se encuentre la enfermedad: si está localizado sólo en
el cérvix o se extiende a ganglios u otros órganos de la pelvis como la
vejiga o el recto. En tumores diagnosticados de manera precoz y
pequeños el tratamiento puede ser opcional: cirugía con realización de
histerectomía radical o radioterapia. En estadios avanzados, el
tratamiento es radioterapia y quimioterapia utilizados ambos de manera
simultánea.
Tratamientos
El
tratamiento del cáncer de cérvix depende del tamaño del tumor y del
estadio en que se encuentre la enfermedad: si está localizado sólo en
el cérvix o se extiende a ganglios u otros órganos de la pelvis como la
vejiga o el recto. En tumores diagnosticados de manera precoz y
pequeños el tratamiento puede ser opcional: cirugía con realización de
histerectomía radical o radioterapia. En estadios avanzados, el
tratamiento es radioterapia y quimioterapia utilizados ambos de manera
simultánea.
FRENTE AL PAPILOMAVIRUS
La vacuna contra el cáncer de cuello de útero llega a las farmacias y será gratuita en enero
La vacuna, que ofrece a las mujeres una protección eficaz para los cuatro tipos de virus (6, 11, 16 y 18)
responsables de la mayor parte de las enfermedades asociadas al VPH,
está indicada para inmunizar a niñas y adolescentes de nueve a 15 años
y para mujeres adultas de 16 a 26 años.
La vacuna es preventiva y por tanto no representa un tratamiento contra el cáncer.
Su efectividad se ha demostrado sobre todo en mujeres que no han estado
expuestas a ninguno de los tipos de VPH, por este motivo se recomienda
vacunar a las niñas antes de su primera relación sexual. No obstante,
si la mujer ha estado expuesta a alguno de los cuatro tipos de virus la
vacuna la protegerá de aquel que no la haya infectado.
La cuestión que por el momento se ignora es durante cuánto tiempo es eficaz la vacuna.
Al respecto, el jefe del servicio de Epidemiología y Registro del
Cáncer del Instituto Catalá d'Oncologia (ICO), Francesc Xabier Bosh,
afirmó que "la expectativa es que va ser de larga duración", pero por
el momento desconoce si su efectividad superará los seis o siete años
que lleva el estudio. En cualquier caso, advirtió que "no hay ninguna
señal que nos permita anticipar que la vacuna va a necesitar una dosis
de recuerdo más adelante", y explicó que "los estudios siguen en marcha y el seguimiento de estas mujeres va a continuar en los próximos años", por tanto una respuesta definitiva sobre la duración de esta protección se sabrá en el futuro.
Por
este motivo, advierte a las mujeres que decidan realizar el tratamiento
que deben seguir con el protocolo de cribado ya que "la vacuna al ser
preventiva, no resuelve las situación en las que ya hay un proceso
neoplásico en marcha, en cualquiera de sus estadios" y, aunque protege
de aproximadamente un 75% de las infecciones que desarrolla el PVH,
"existe un 25 ó 30% que corresponde a otros tipos de papiloma que no
están incluidos y para este grupo las mujeres debemos mantener alguna
forma de prevención secundaria", por lo que recomendó la visita
regulares al ginecólogo.
Vacuna contra el cáncer de cuello de útero.
INFORMACIÓN APORTADA POR SEHILA