Buenos días a todos
Como bien dice Chiquita, que ayer me llamó para preguntarme como me encontraba (que alegría conocer su voz). Me encuentro en el lecho del dolor

Sip, estoy pá que me tiren a las fieras. Voy a resumiros, un poco como fué la historia, espero que el hombro me deje escribir sin que se me caiga a pedacicos.
HISTORIA DE UNA SUFRIDORA
Dicen que no llueve en Barcelona....
!!!! y una lexeeeee ¡¡¡¡
La
noche del jueves 17 de Abril de 2008 marchamos para Barna porque tenía
que ingresar a las 7 de la mañana, del día siguiente. Me operaban la
primera, menuda gracia, pá una vez que soy la primera en algo, tenía
que ser para eso.
LLegamos
a Barna lloviendo y así estuvo toda la noche y madrugada. Imaginaros,
con los ánimos que yo llevaba, el tiempo lluvioso y gris hacian que
sintiera que Víctor (mi marido) me llevaba a la
guillotina. Coñes, no podría la nube esperarse a que yo ingresara, para
poder hacerlo con sol y todo eso.... pues nó.

Aparcamiento rápido, paraguas, neceser y lo que más me costaba llevar...
!!!! el miedo ¡¡¡¡
no sabía que hacer con él.
LLegamos
a la puerta de urgencias donde me dijeron tenía que ingresar. Completo
todo el protocolo y me mandan a la habitación. Parecía de un hotel de 5
estrellas, con un armario grande cuyas puertas eran grandes espejos...
pá ver mejor la cara de cagada que tenía... pienso yo.
Me sentía fatal. No era la primera vez que entraba en un quirófano pero a eso no se acostumbra nadie.
Mientras Víctor
pá entretenerme, iva resaltando las maravillas de la "estancia". Como
si yo estuviera para decoraciones y cosas mundanas.

Sobre
la cama me encuentro el camisón, como en los mejores hoteles. El modelo
era clásico, ya sabeis, de esos que te permiten llevar el culo al
fresco. Y a indicación de la amable enfermera que nos acompañó, procedo
a ponermelo.
Si
antes estaba de los nervios, cuando me veo con el modelito, termino por
ponerme histérica y pá no salir corriendo, decido meterme en la cama, a
esperar.
No tardaron mucho. Llega un señor muy amable, impecablemente vestido de blanco que nos anuncia que
!!! ha llegado la hora ¡¡¡¡.....
Lexes,
que frasecita, lo que me faltaba. Me pasan a la camilla y comenzamos el
paseíllo, escoltados por Víctor, que sonreia sin muchas ganas.
Llegamos
a una sala en la que me aparcaron junto a varias personas más que
estaban esperando. Víctor seguía conmigo, no recuerdo lo que
hablabamos, pero podeis estar seguros que no era nada trascendental. En
esos momentos, se dicen montones de chorradas, para disimular el miedo.
No
tarde ni cinco minutos en que volvieran a buscarme, empiezan a mover la
camilla y al ver que me alejaba de Víctor, le digo amenazante...
!!!! No te muevas de aquí que volveré ¡¡¡¡
LLego a la antesala del quirófano y un señor bajito, con una ligera cojera me recibe sonriente.

Un insensible, pensé yo. ¿como se puede sonreir en un quirófano y menos a la persona a la que piensan descuartizar?
!!!! un poquito de seriedad por favor ¡¡¡¡
Sonriendo
como digo, me pregunta si estoy nerviosa, ¿será capullo?, decididamente
estoy en manos de un gili y es el que tiene que controlar que mis
constantes sean normales, !!! hay que joerse ¡¡¡
Le
comunico, que mis piernas hace rato que empezaron a bailar sin música y
que estoy pensando seriamente, levantarme y largarme. Simpático me dice
que aún puedo hacerlo, pero en ese mismo momento, me coje la mano
izquierda y empieza a darme golpecitos y a quejarse de que mis venas
son muy finas

Antes que me de cuenta, me clava una vía en la mano, con lo queda oficialmente declarada mi imposibilidad para volverme atrás.
Entonces
empieza a preguntarme como me encuentro, que es lo que me pasa en el
hombro y sobre todo que no esté nerviosa y me casca una inyección en el
brazo enfermo, segùn él para hacer una prueba. El brazo empieza a
saltar de la camilla, no lo podía parar y pienso... este capullo me ha
pinchao en un nervio y se ha cargao el brazo.
Pues nó, resulta que la prueba habìa salido perfecta y
que ya vería como eso me favorecía. Yo hasta el momento no me había
visto favorecida en nada, pero prudente esperé... tampoco podìa hacer
nada por salvarme de ese pirao.
Para entretenerme supongo, empieza a decirme que el post-operatorio será doloroso.....
!!!!la madre que lo pariò ¡¡¡¡
¿hacía
falta decirme eso en ese momento?, ya podia pensar que no era el
momento más apropiado, ya lo descubriría yo, ¿que necesidad hay de ese
sufrimiento anticipado?
Aparece
el médico, vestido de verde, parece de película y con una sonrisa
también... que digo yo debe ser una condición obligatoria para estar en
un quirófano. Me pregunta como estoy
No se como no lo mandé a paseo, me da unos palitos en las piernas y me
dice que no me preocupe que todo irá bien. Yo visto lo visto hasta el
momento, no estaba muy segura.
En
ese momento el señor bajito, de la ligera cojera, se vuelve para mí con
una jeringuilla en la mano y me dice que ha llegado el momento y que
enseguida me tranquilizaré...............

Medio dormida, noto que me dan unos palitos en las piernas y me dicen que me despierte que llevo mucho tiempo dormida.
!!! CUATRO HORAS ¡¡¡
No
me lo puedo creer, ¿como no voy a estar dormida si me pusieron una
anestesia pá un caballo?. Intento abrir los ojos, pero creo que el
señor bajito me ha puestos unas piedras encima y me rindo.
Noto
como me quitan cables y se empieza a mover la camilla. Con esfuerzo
abro los ojos y me veo a Víctor sonriente en el mismo sitio que lo
había dejado pobrecico, estaba allí como un clavo 
!!!! que alegría me da, estoy otra vez entre cuerdos ¡¡¡¡
LLegamos a la habitación y empieza el paseíllo de enfermeras....

calmantes, sueros, tensión, temperatura.....así transcurren las horas, lentas, entre ratos de sueño y momentos de TV.
Me
dan el alta a la mañana siguiente y nos marchamos. El brazo me lo
habían inmovilizado con un correaje que más parecía una camisa de
fuerza pá locos... que incómoda me sentía, pero me iva a casa y por eso
ya merecía la pena.
De
camino a Reus, me llama una amiga para preguntar como estoy, le digo
que me encuentro muy bien, que no noto molestia y que estoy contenta,
por lo que quedamos para comer al día siguiente domingo.
Imposible cumplir con la cita, a media tarde del mismo sábado, empieza a despertarse el hombro y comienzan los
dolores. Incomodidad para moverme, para dormir, para todo. Aún hoy 6
días después los dolores me impiden dormir con regularidad, por lo que
me encuentro muy cansada y agobiada con el brazo tan inmovilizado.
Además tengo que mover el brazo, para que no se enquilose y me quede
limitado el movimiento, así que dos veces por día tengo que quitarme el
correaje y moverlo un poco, por lo que a pesar de los calmantes el
dolor no cesa.

Pero
todo pasará. Cada día irá a menos y espero que en los tres meses que me
dijo el médico, tenga el brazo y su movilidad, en forma.
Gracias a todos por preocuparos por mi, sois unos cielos.
Un abrazo muy fuerte
Una enferma que está hasta los lereles con el puñetero hombro.
Canela
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