Para huir de los chismes, cuando los demás se deleitan en ellos. Para defender a una persona ausente a quien se critica abusivamente. Para ser verdaderamente hombre o mujer aferrándose a nuestros ideales, cuando esto nos hace parecer extraños o singulares. Para guardar silencio, en ocasiones que una palabra nos limpiaría del mal que se dice de nosotros pero perjudicaría a otra persona. Para vestirnos según nuestros ingresos y negarnos lo que no podemos comprar. Para vivir según nuestras convicciones. Para ser lo que somos y no pretender ser lo que no somos. Para decir rotundamente y dignamente no, cuando los que nos rodean dicen sí. Para vivir honradamente dentro de nuestros recursos y no deshonradamente a expensas de otros. Para ver en las ruinas de un desastre que nos mortifique y humille, los elementos de un éxito futuro. Para negarnos a hacer una cosa que es mala aunque otros lo hagan. Para pasar las veladas en casa, tratando de aprender.
Una mujer desnuda y en lo oscuro tiene una claridad que nos alumbra de modo que si ocurre un desconsuelo un apagón o una noche sin luna es conveniente y hasta imprescindible tener a mano una mujer desnuda
una mujer desnuda y en lo oscuro genera un resplandor que da confianza entonces dominguea el almanaque
vibran en su rincón las telarañas y los ojos felices y felinos miran y de mirar nunca se cansan
una mujer desnuda y en lo oscuro es una vocación para las manos para los labios es casi un destino y para el corazón un despilfarro una mujer desnuda es un enigma y siempre es una fiesta descifrarlo
una mujer desnuda y en lo oscuro genera una luz propia y nos enciende el cielo raso se convierte en cielo y es una gloria no ser inocente una mujer querida o vislumbrada desbarata por una vez la muerte
Podrían
ser cualidades, costumbres, mitos, pero lo que sí, es que cada quién
como individuo elige los valores que quiere mostrar ante una sociedad
que juzga; porque no mencionarlo, la falta de valores, pero; ¡Quién
decide que es los que esta bien o está mal! pero ¿es alguien tan
perfecto como para poder juzgar a los demás por sus actos y falta de
valores, sin caer en los mismos errores?, creo que la respuesta a estas
preguntas es que cada quien cree lo que quiere en la vida y para eso
hay opciones.
Hay quienes se
basan en los valores humanos, que sólo perseveran buscando la
estabilidad y el reconocimiento ante una sociedad que no perdona y sólo
tiene memoria para recalcarte tus errores sin ver tus aciertos, que no
respeta tu libre albedrío , que sólo enjuicia, dice y trata de lo que
esta bien o está mal, sin tomar en cuenta causas y efectos, los valores
humanos fallan porque no hay nadie perfecto, ni esa persona en la que
tanto confías porque como todo ser humano en algún momento deja todo
por nada, falla y comete errores, por lo cual poco a poco va hacia la
decadencia, al creer que no hay quien merezca tu ilusa perfección, pero
los seres humanos también culpan al otro de sus errores, de su
desequilibrio, siendo que el equilibrio es uno mismo; pero no, la
sociedad solo juzga y pide cuentas.
Pero
también hay quien cree en el valor espiritual, en el que hay un ser
supremo que te guía y sabe que existe un destino, en el que hay miedos,
pero en el que hay que recorrer los caminos solo con fe, en el que
nuestro ser supremo olvida y perdona y respeta nuestro libre albedrío,
que entiende nuestras necesidades de ser escuchados y de afecto, el que
no modifica sus valores porque todos llevan a una meta. Ese ser supremo
en el que se cree pregunta el ¿por qué?, no tiene juicios, tiene
preguntas.
Así cada
persona tiene los valores que demuestran realmente en sociedad y no de
los que algunos se mofan pero en realidad carecen…
No es tu esfuerzo lo que te hace ser hombre. No son tus propósitos ni tus conocimientos ni tu actividad. Tampoco tu aspecto físico, tu fuerza, tus músculos, tus palabras duras o tus gestos agresivos. Eres hombre en la medida que creces junto a los otros, que trabajas con otros, sirves a otros y te comprometes con los otros. Eres hombre cuando eres dueño de ti mismo y sabes a quien puedes entregar la vida. Eres hombre en la medida de tu lucha para que otros hombres puedan serlo, para que vivan y trabajen dignamente, para que se les reconozca y respete en sus derechos, para que oren, amen y crezcan como hombres libres. Nunca serás feliz sin los demás. No podrás vivir plenamente si al pronunciar el "yo" no hay un "tú" que lo recibe o un "nosotros" que lo celebra.
El
abrazo puede ser la búsqueda de una seducción o su culminación, una
presencia que no se la convoca, como tampoco a una emoción, y viene,
por el contrario, cuando uno menos se lo espera. O la respuesta que
estamos siempre condenados a buscar, una iniciación, un término. Hasta
cabe la imaginación de pedir ese abrazo y que la respuesta sea, hace ya
tiempo que te tengo abrazado.
Tiene una elegancia y un rito del
que carece el beso, una profundidad, una duración, un acoplamiento de
los cuerpos necesario y exigente. Prefiero que me abracen a que me
besen por la entrega que supone, por la comodidad, como quedarse sin
vestidos, como si no lleváramos nada, solo el tacto, la postura, casi
el hábito en forma de maestría.
Los besos tienen la forma
inquieta de las palabras, los abrazos la serenidad y la seguridad de
dejar siempre alguno pendiente. Su prestigio no depende ni de su
duración ni del contacto. Tienen tanta hegemonía que permiten la única
posibilidad de dormir desnudo, para hacerlo solo necesitas que alguien
te abrace en un acomodo carnal de lo más confortable.
Si
necesito el amor siempre como ser humano, me hace falta el abrazo,
ancho, agradable con la presión precisa que necesita cada cuerpo. En mi
petición de amor alguien me explicaba una manera de vencer el dolor:
suspirando y abrazándose. De esa manera rompe uno el revés del dolor,
le queda la desmemoria de la memoria, el territorio prestado de notarse
en las miradas; el crecimiento de una madurez joven, la experiencia que
se te escurre a veces sino te la soporta nadie, nadie con quien
abrazarte.
Quiero cada día mi mejor y mi último amor, no he
cambiado, ni cambiaré y me permiten la tozudez. Viviré de esas imágenes
como las de los rostros que retoco cada tarde con los filtros gausianos
que tienen la delicadeza de evitarme la noche. Vivo y vine para con ese
invento que proporciona la vida del abrazo superar los años ya pasados
y los que faltan; para abrazado apreciar el peso, el sudor y la edad de
la persona abrazada. Me quedo en este andén de escritos míos para
contar las cosas cómo las siento: o una aparición recién llegada o la
plena historia de uno súbita y profunda.
Seré siempre así, a
veces superándolo todo, otras fundido en un sollozo porque uno es mucho
más hombre cuando llora cierto, seguro, inconsolable, sin que le puedan
quitar ya el motivo. Luego tiene que venir el suspiro, el abrazo con un
significado deslumbrante, abrumador. Ése es el término: o abrumas y
deslumbras abrazando o deja los brazos sueltos porque no pueden
servirle a nadie.
En cualquier novela de esa literatura
inabarcable que quiero abarcar un día, en ese aprendizaje que jamás
daré por concluido hay abrazos que arrebatan las caderas de una hembra;
que traspasan el tabique de una lujuria bien ganada; hay una
somnolencia de animales satisfechos; una forma de quemar todas las
mentiras de la vida y convertirlas en deseo. En el abrazo hay un
lenguaje de la piel cuando la piel se entrega, un intencionado
cautiverio vulnerable, como una especie de llegada a la última parada.
-¿No me abrazas? -Hace tiempo que te tengo abrazado.
NO
QUISE DEDICARLO DIRECTAMENTE CON TU NOMBRE PARA NO DEJARTE EXPUESTA ,
PERO ERA PARA TI AMIGA, ESPERO TE AYUDE DE ALGO , AL MENOS PARA
LEVANTAR TU AUTOESTIMA, TU DOLOR.... ESTOY CONTIGO!!
Mi alma me habló y dijo: "No te alegres con el elogio y no te angusties con el reproche".
Antes de que mi alma me aconsejara yo dudaba del mérito de mi trabajo.
Ahora me doy cuenta de que los árboles florecen en primavera y dan sus frutos en verano sin esperar elogio, y dejan caer sus hojas en otoño y quedan desnudos en invierno sin temor al reproche.
Mi alma me habló y me hizo ver que no soy más que el pigmeo ni menos que el gigante.
Antes de que mi alma me hablara yo veía a la humanidad dividida en dos clases de hombres: una débil, de la que me compadecía, y una fuerte, a la que seguía o resistía desafiante.
Pero ahora aprendí que soy como ambos y estoy hecho de los mismos elementos. Mi origen es su origen, mi conciencia su conciencia, mi pretensión su pretensión y mi peregrinaje su peregrinaje.
Mi alma me habló y me dijo: la linterna que llevas no es tuya y la canción que cantas no fué compuesta
en lo profundo de tu corazón, porque aunque sostengas la luz no eres la luz, y aunque seas
un laúd con las cuerdas tensas no eres el ejecutante.
Mi alma me habló, y me enseñó muchas cosas. Y tu alma también te ha hablado y también te ha enseñado.
Porque tú y yo somos uno y no hay diferencia entre nosotros, salvo que yo proclamo lo que hay en mi ser íntimo, mientras que tú
lo guardas como un secreto de tu intimidad. Pero en tu reserva hay una especie de virtud.
El
ayer no existe como presente, pero si existe como parte de nosotros
mismos, la mejor prueba es como nos amarga, a cada uno, con las
vivencias del pasado.
La
prueba irrefutable del que el pasado existe son los mandatos que cada
uno recibió, y si vamos mas profundo la Genética y el ADN.
Por ello una cosa es negar el pasado y otra es vivir en el.
En realidad el pasado vive en cada uno, en la medida y trascendencia que nosotros mismos le damos.
Solo cada uno de nosotros somos los responsables de la importancia que asignamos a cada hecho del pasado.
Por ello el budismo ZEN, un budismo de meditación, trabaja solamente con el hoy, el famoso – Aquí y Ahora –
Si
realmente lo pudiéramos internalizar en parte, sufriríamos mucho menos
por lo que nos paso, juzgaríamos menos al pasado y a las personas del
pasado y estaríamos mas libres, mas livianos.
Yo
recuerdo una Jefa que tuve, que quería borrar determinados recuerdos de
su mente. Es interesante, la ciencia esta trabajando sobre ello. Por
Internet, por Google podes encontrar bastante sobre ello, luego habrá
que separar la paja del trigo.
Las
actitudes del presente de cualquier persona, te muestra como esta, y
como es la persona en esos momentos, no siempre somos iguales, a veces
mejores, a veces peores.
Si, lo que hay marcado en el tiempo, es una Tendencia.
Cuando se visualiza la tendencia, visualizas con bastante claridad, el posible futuro comportamiento, o conducta.
Un niño pequeño se dirigió a su madre que estaba en la cocina
preparando la cena y le entregó un pedazo de papel que había escrito.
El papel leía de la siguiente manera:
a. Por cortar la grama $5.00 b. Por limpiar mi cuarto ésta semana $1.00 c. Por hacer mandados $ .50 d. Por cuidar a mi hermano pequeño $ .25 e. Sacar la basura $1.00 f. Por sacar buenas notas $5.00 g. Por limpiar y recoger las hojas $2.00 h. Total Adeudado $14.75
Su madre lo miró y en aquel momento el niño pudo ver todos los recuerdos que pasaban por su mente.
Ella tomó una pluma, y en el otro lado del papel escribió:
Por los nueve meses que te cargué mientras tú crecías dentro de mí,
ES GRATIS.
Por todas las noches que me senté a tu lado, te cuidé y recé por ti, ES GRATIS.
Por todos los momentos difíciles, y todas las lágrimas que me has causado a través de los años, ES GRATIS. Cuando lo sumas todo el precio de mi amor, ES GRATIS. Por todas las noches que estuvieron llenas de temor y por las preocupaciones que sé que vendrán, ES GRATIS.
Por los juguetes, la comida, la ropa, y hasta por limpiarte la nariz, ES GRATIS, hijo.
Y cuando lo sumes todo, el precio de mi amor, ES GRATIS.
Cuando el niño terminó de leer esto tenía las lágrimas en sus ojos. Miró a su madre a los ojos y le dijo: "Mamá, qué mucho te quiero".
No, no es nada fácil. Parece
ser que los fantasmas del pasado vuelven, poco a poco, para otra vez
caminar junto a mi. Porque aunque el camino sea oscuro, se sigue
andando, a ciegas, esperando a alguien o a algo que te aporte los rayos
del sol que ahora no alcanzas a ver. Pero los fantasmas han cambiado,
no piensan igual, aunque en el fondo me da la sensación de que sí.
Quizás sean imaginaciones mías, una vez más. Ellos y tú, ajeno se
encuentra el mundo. Nadia alcanza a saber lo que te ocurre. Dedicar una
sonrisa a los demás mientras tu interior se encuentra de funeral. Vuelve
a sonar la banda sonora de aquella etapa de tu vida. Los protagonistas
son los que ahora no están, ya hasta vas olvidando sus voces. La
película parece distinta, pero tiene el mismo guión. Dejaste todo
atrás, pero a veces el pasado te vuelve a atropellar. ¿Y ahora? Tu
columna vertebral ya no está, sentiste como tu cuerpo se cayó y
mientras tanto decías que no pasaba nada. Quizá sea la hora de pedir
perdón por los errores que cometiste, si es que llegaste a cometerlos.
Pero
no sirve de nada lamentarse, hay que vivir. Levantarse cada mañana para
disfrutar con lo que tengas, reír en todo momento, olvidarte de todo,
caminar sin miedo a nada...
Muchas
gracias por esta sabiduria para el alma, espero que cada letra de este
escrito, sea la fuerza y fortaleza para cada una de nosotras y por lo
que sea que nos depare la vida. He estado muy de prisa este dia, pero
con el cariño digo aqui estoy!