Lo último en salud y belleza actualmente,son los masajes con piedras calientes y frías sobre la piel, que combaten el dolor, relajan y ayudan a recuperar el sueño, además de revitalizar, iluminar y oxigenar la piel.

Las piedras llegan desde China, Japón, Arizona y Hawaii, y su calor y poder magnético combinados con un masaje te revitalizan, te llenan de energía y oxigenan la piel de todo el cuerpo.

Esta terapia es una combinación de piedras calientes de lava basáltica y piedras frías de mármol, que se aplican sobre puntos determinados del cuerpo y se usan para masajear zonas especiales.

La dinastía china Shang ya usaba piedras con fines terapéuticos; los romanos tras un baño caliente se tumbaban sobre mármol frío para disminuir los dolores y relajarse; las indias de América se colocaban piedras calientes sobre el vientre para aliviar dolores menstruales y con esta misma técnica los monjes japoneses favorecían el ayuno.

CALIENTES Y FRIAS

Llas piedras basálticas son rocas volcánicas oscuras y densas, que cuanto más oscuras son, como la lava de Hawaii, mayor es su contenido de hierro y más tiempo retienen el calor, lo que hace que aumente su poder magnético y por lo tanto sus bondades, entre las que destaca la dilatación de los vasos sanguíneos y linfáticos.

Las piedras frías suelen ser de mármol paquistaní y entre sus propiedades mejoran el aspecto de la piel, la revitalizan y le dan firmeza, además de conseguir una relajación total.

Generalmente, durante la terapia o masaje con piedras, se usan más de 60 rocas volcánicas diferentes, que alcanzan los 60 °C sin quemar la piel.

TRATAMIENTO CON LAVA VOLCàNICA

Exfoliación. Se aplica sobre el cuerpo una exfoliación a base de granos de girasol tostado y aceites esenciales de tomillo, clavo y limón, para eliminar las células muertas de la piel y dejarla en óptimas condiciones para que reciba la energía de las piedras.
 

EL MASAJE

Se combina la técnica del masaje tradicional con las manos y la colocación de piedras calientes de lava basáltica de Arizona para dilatar los vasos sanguíneos y linfáticos y estimular la circulación, así como rocas frías de mármol paquistaní para conseguir la relajación. Las primeras se calientan en un horno y las segundas se enfrían en el congelador o con hielo. Ambas piedras aportan firmeza y luminosidad a la piel.

Durante una sesión, el terapeuta coloca piedras sobre los puntos energéticos del organismo de la paciente: a lo largo de la columna vertebral, el abdomen, la frente, las manos y los dedos de los pies, sin olvidar una piedra pequeña sobre el tercer ojo, situado en el centro de la frente. Luego aplica un aceite esencial y masajea.

Estan desarrollando terapias muy interesantes que consisten fundamentalmente en aplicar en el medio acuático terapias como son la osteopatía craneosacral y el Reiki. Son excelentes tratamientos que en algunos casos son masajes en el agua y en otros son una forma de obtener una relajación y un efecto antiestrés profundos y diferentes.

Con el agua a una temperatura cercana a la del cuerpo y flotando se induca al cuerp y a las vértebras y músculos a que se relajen más fácilmente y la columna se libere de la tensión que pudiera tener en un masaje en camilla. Conforme esa relajación ocurre, el movimiento corporal se hace más libre y se acerca más y más a las ondulaciones de las olas. Se consigue una “conexión consigo mismo, una unidad” que perdura aún después de acabada la sesión. El Bosque cuenta con una piscina de agua mesotermal (34-36º). El soporte que ofrece el agua y el terapeuta, y la relajación a la que induce el agua templada, proporcionan una combinación ideal para relajar columna, articulaciones y musculatura, llevando a la persona flotada a un estado de profunda relajación. Cada persona es única y cada momento diferente. Lo que cada persona saca en beneficio de una sesión acuática también es único. Muchos conectan con su lado emocional. Otras comentan sobre un aumento de la consciencia corporal, descubriendo donde se almacenan/esconden las tensiones en su cuerpo. Otras consiguen superar el miedo que tenían al agua debido a alguna experiencia traumática anterior. Otras simplemente disfrutan de la sesión como algo extremadamente relajante y placentero. Algunas se trasladan todo el camino de vuelta hasta el vientre materno. Muchas se deleitan en la experiencia de ser capaces de sentir la energía fluyendo a través de sus cuerpos.
Las terapias acuáticas están indicadas para gente joven y/o mayor con o sin problemas de salud. Principalmente pueden ser de mucha ayuda para tensiones corporales crónicas, situaciones de mucho estrés, enfermedades psicosomáticas, dolores de cabeza, migraña, y representan un tratamiento maravilloso para mujeres embarazadas.
En qué consisten realmente estas nuevas terapias?
Las sesiones comienzan con una breve consulta y orientación con el terapeuta acuático. Inmediatamente después uno se sumerge en la piscina termal para recibir la terapia acuática mientras suena una música ambiental relajante de fondo o directamente con unos auriculares acuáticos. Son unos tratamientos holísticos que duran entre 45 y 60 minutos mientras el paciente entra en un proceso con un extraordinario poder relajante que influye en su sistema nervioso y en la armonización general de su energía.

Beneficios generales de las terapias acuáticas
Estas terapias impartidas conjuntamente o por separado producen de entrada una increíble sensación de bienestar y de relajación. Se puede tratar cualquier tipo de problema y sobre todo está muy indicado para atender la esfera de las emociones y de los bloqueos de energía. Estos tratamientos están indicados para cualquier enfermedad o problema físico derivado de un desajuste o hiperactividad del sistema nervioso.
- Estrés
- Ansiedad y angustia
- Alteraciones emocionales
- Recuperación de traumatismos físicos o psíquicos
- Dolor de cualquier tipo
- Preparación y recuperación del parto
- Estimulación del sistema inmunitario
- Preparación y complemento a otras terapias que se estén realizando

La utilización del medio acuático permite la posibilidad de disminuir el tiempo de recuperación, ya que por sus propiedades físicas (densidad, viscosidad, presión hidrostática, y flotabilidad) el agua facilita la recuperación del paciente.
Otros beneficios que aporta el agua:
• La relativa facilidad de ejecución de los ejercicios por el paciente le producen una sensación habitualmente placenteras.
• El dolor disminuye en cualquier patología siempre que esté en inmersión.

Contraindicaciones
No se pueden recibir estas terapias en el agua si existen infecciones de piel. Prácticamente no existen exclusiones en el tratamiento rehabilitador en el medio acuático, salvo aquellas fases en las que las que existan heridas en las que no se permita un contacto directo con el agua.