LUNA Y OLVIDO
Me siento en la orilla de la Luna y espero taciturna la brisa del perdón...
Empiezo a recordar el brillo de la noche, su crepúsculo, su infinidad, su amplitud, su magia... dejo que lentamente tu silueta le robe su forma.
Poco a poco formo tu rostro en las estrellas, le robo al viento su libertad...
Quiero confesarte Luna...
No hay noche que no te envidie, tu bravura, tu síntesis, tu metamorfosis.
Oh mi Luna, cuántos secretos no habrás escuchado, cuántos lamentos no habrás inspirado, cuántos amores no habrás sellado…
Como te envidio mi luna.
Sola, una vez más sola, pero todos te veneran, todos te alaban y te inspiran.
Esta noche estoy maravillada con tu esencia y quiero contarte entre uno de los miles secretos que guardas, que en las noches paso horas contemplándote y preguntándote...
A donde va el amor, cuando se acaba.
Que se hacen las lágrimas cuando se secan, donde quedan los besos que difunden el alma...
¿Sabes a donde van?
Al olvido, a esa nada envuelta de sufrimiento y desespero, a ese lugar tan frío e indolente...
Cuando tú también me olvides, no dudes en buscarme allí. En la nada.
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