Hurgando en mi soledad, evoco los años que se me han pasado con mi soledad sin tu compañía, sola de alma, sola de cuerpo con una soledad que taladra mi pecho que me enluta el alma, llenando mi calma de aquellos momentos que invaden mi mente como una tormenta, de recuerdos malos de recuerdos buenos. Evoco con pena, con dolor, con llanto, todos esos momentos que fueron felices, pero que el tiempo los convirtió en tristes, los hizo lejanos como si jamás hubiesen pasado, ahora yo siento que no fueron ciertos aquellos momentos que un día unieran nuestros paralelos, se han vuelto lejanos como si el tiempo los hubiese borrado.
Ya no siento en ti todo aquel anhelo que un día sintieras que hacía que en mí, todo aquello malo desapareciera abriendo mi alma a todo lo bueno que en mí floreciera cuanto yo añoro todo ese tesoro que un día me dieras ese que me dabas sólo con mirarme, con esa ternura que había en tu mirada, y me transmitía sin darte ni cuenta un amor inmenso, que al final de cuentas era el tesoro más hermoso y mío que jamás tuviera.
Te necesitaba tanto como ahora, sólo que al final no tengo de ti eso que sentías, sólo tengo ahora soledad en el alma también en mi alcoba, porque ya no sientes como antes sentías y no te atormenta esta soledad que hoy es tan mía se ha hecho mi amiga mi fiel compañera, quien no me abandona de mí no se aleja, mi querida amiga, mi soledad eterna, mi fiel compañera.
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