Los milagros no ocurren por casualidad. Nosotros hacemos que ocurran, cuando tenemos el deseo.
Sea cual sea la fase de la vida en la que te encuentre este correo electrónico, debes saber que es posible querer más, y ser más. Pero necesitamos desearlo. Y también necesitamos inspiración.
Cuando vemos que a otras personas les va mejor que a nosotros, que experimentan milagros, eso nos recuerda –a nivel del alma– que la Luz está ahí también para nosotros. Si percibimos carencias en nuestra vida, en lugar de sentirnos celosos de otras personas, podemos elegir sentirnos inspirados a hacer más, a saltar al siguiente nivel.
Y si prestamos atención, descubriremos que las personas que vienen a nuestra vida no están ahí por accidente. Son canales para la Luz, enviadas para inspirarnos a cambiar. Cuando estamos abiertos, pueden despertarnos a una nueva etapa de crecimiento.
Así que cuando las personas que están en tu vida exigen que te esfuerces más, no las evites: déjalas entrar. Déjalas recordarte que tú PUEDES hacerlo.
A la mayoría de nosotros no nos gusta estar rodeados de personas que nos ponen a prueba. Preferimos pasar el rato con amigos, porque es más cómodo. Quizá pensemos que no podemos soportar el esfuerzo adicional, pero sí que podemos. Por supuesto, sentir el dolor de nuestro ego no es agradable, pero cuando nos mantenemos ahí y no salimos corriendo, acabamos haciendo cosas que nunca pensamos que podríamos lograr.
Esta semana, mira a la persona que te empuja fuera de tu zona de confort, no a aquéllos que te aceptan tal y como eres. Las personas con las que realmente necesitamos estar son aquellas que dicen: “Te quiero, pero puedes hacer más”.
No dejes que el miedo te detenga de hacer milagros. Los milagros están esperando ser hechos justo delante de nosotros.
Todo lo mejor,
Yehuda
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