"La vida, si se vive correctamente, nunca tiene miedo a la muerte. Si has vivido tu vida, darás la bienvenida a la muerte. Será como un descanso, como dormir profundamente. Si has llegado a tu punto máximo, a tu punto culminante en la vida, entonces la muerte es un bello descanso, una bendición. Pero si no has vivido, entonces por supuesto la muerte crea miedo. Si no has vivido, entonces ciertamente la muerte te va a quitar el tiempo de las manos, todas las oportunidades futuras de vivir. No has vivido en el pasado, y no va a haber futuro: surge el miedo. El miedo no surge a causa de la muerte, sino de la vida no vivida. Y a causa del miedo a la muerte, la vejez también da miedo, porque es el primer paso de la muerte. De otra forma, la vejez también es bella. Es la maduración de tu ser, de tu crecimiento. Si vives momento a momento, abierto a todos los desafíos que la vida te da, y usas todas las oportunidades que la vida te abre, y si te atreves a aventurarte en lo desconocido a lo que la vida te llama y te invita, entonces la vejez es la madurez. De otra forma, la vejez es una enfermedad...
Pero ¿por qué nos estamos perdiendo la vida? ¿Por qué nos hacemos viejos y no maduramos? Algo ha ido mal en alguna parte, en alguna parte te han puesto en el mal camino; en alguna parte has convenido en que te pusieran en el mal camino. Hay que romper ese convenio, hay que quemar ese contrato. Eso es lo que llamo sannyas: comprender que «hasta ahora he vivido de manera equivocada, he hecho concesiones, no he vivido realmente».
Cuando erais niños pequeños hicisteis concesiones. Vendisteis vuestro ser. Por nada... Lo que habéis ganado no es nada, es pura basura. Has perdido tu alma por cosas pequeñas. Has consentido ser otro en vez de tú mismo; ahí es donde erraste el camino. Tu madre quería que fueses alguién, tu padre quería que fueses alguién, la sociedad quería que fueses alguién; y tú lo aceptaste. Poco a poco decidíste no ser tú mismo. Y desde entonces has estado fingiendo que eres otra persona... El rosal ha convenido en volverse un elefante; el elefante ha convenido en volverse un rosal. El águila está preocupada, está casi a punto de ir al psiquiatra porque quiere ser perro; y el perro está en el hospital porque quiere volar como un águila. Esto es lo que le ha sucedido a la humanidad. La mayor calamidad es convenir en ser otro que el que eres: nunca podrás madurar.
Nunca puedes madurar siendo otro. Sólo puedes madurar siendo tú mismo. Hay que abandonar los "deberías" y hay que dejar de preocuparse tanto por lo que diga la gente. ¿Qué importancia tiene su opinión? ¿Quiénes son ellos para opinar? Tú estás aquí para ser tú mismo, no estás aquí para cumplir lo que otras personas esperan de ti, y eso es lo que todo el mundo está intentando hacer...
Trata de comprender, y sé valiente. Y toma tu vida en tus propias manos. De pronto notarás un gran aumento de energía. En el momento que decidas: "Voy a ser yo mismo y nada más. Sea cual sea el precio, voy a ser yo mismo", en ese mismo momento verás un gran cambio. Te sentirás lleno de vida. Sentirás una gran corriente de energía vibrando en tí.
A no ser que suceda eso, tendrás miedo a la vejez, porque ¿cómo vas a evitar ver el hecho de que estás perdiendo el tiempo y no estás viviendo y la vejez se acerca, y cómo vas a vivir entonces? ¿Cómo vas a evitar ver el hecho de que la muerte está ahí esperándote y cada día está más y más y más cerca, y aún no has vivido? Por supuesto que sentirás una angustia profunda..."
Osho, El libro de la mujer
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