Cuenta una historia que dos amigos iban caminando por el desierto. En algún punto del viaje comenzaron a discutir, y un amigo le dio una bofetada al otro. Lastimado, pero sin decir nada, escribió en la arena...
"Mi mejor amigo me dio hoy una bofetada".
Siguieron caminando hasta que encontraron un oasis donde decidieron bañarse. El amigo que había sido abofeteado comenzó a ahogarse, pero su amigo lo salvó. Después de recuperarse, escribió en una piedra...
"Mi mejor amigo hoy me salvó la vida".
El amigo que había abofeteado y salvado a su mejor amigo, preguntó...
"Cuándo te lastimé escribiste sobre la arena, y ahora lo haces sobre una piedra... ¿Por qué?"
El otro amigo le respondió...
"Cuando alguien nos lastima debemos escribirlo en la arena, donde los vientos del perdón puedan borrarlo. Pero cuando alguien hace algo bueno por nosotros debemos grabarlo en piedra donde ningún viento pueda borrarlo."
"Un amigo fiel es un refugio seguro;
el que lo halla ha encontrado un tesoro."
Eclesiástico 6 - 14
|