Soñé que me daban una nueva oportunidad de elegir... Prometieron ahorrarme la tribulación en la carne que entre veces padecen los implicados en una relación. Me dijeron: “todo está bien, sé feliz y disfruta de tu libertad”, de ahora en adelante no estás obligado a permanecer con la persona que tienes a tu lado -me reiteraron- …puedes volver a elegir.
Sonreí, y sin pensarlo un segundo repuse: “¿Quién les dio la absurda idea, y quien les dijo que yo tenía la necesidad de volver a elegir como si tuviera que renunciar a la decisión más sabía de mi entera vida?” Doy gracias a Dios como a las tribulaciones que con mi esposa he padecido, ya que ellas nos han hecho más humanos… Sabía lo que es el amor pero con ella lo he vivido a plenitud y lo he sentido mucho más intenso, cada vez que salimos victoriosos de toda dificultad. Las tribulaciones nos han dado la oportunidad de desplegar nuestro amor al grado máximo siempre que admitimos nuestras imperfecciones y estamos dispuestos a perdonar.
¡Que sea feliz y disfrute de mi libertad! ¿De qué libertad me hablan? -pregunté- si es que estando en la soltería fui siempre esclavo de los caprichos, estuve atado y preso de los vicios del hombre común: así como del tabaco, del alcohol y las diversiones mal sanas con mujeres y amigos de una noche ¿Le llaman libertad a eso? Aquello que dura tanto como el dinero que posees en tus bolsillos en una noche de fiesta y mengua como muere el alba al despertar la mañana para seguir haciéndote sentir sólo al amanecer.
Soy feliz ahora… ahora no hay nada que fingir, nunca antes me había sentido tan libre de amar como realmente lo es, con ella no siento limitaciones si hasta presiento que nuestro amor segundo a segundo aumenta más. Me siento tan afortunado como si no existiera otro como yo en el mundo. Pero si... En algo les doy la razón -proseguí- tiene razón en decir que no estoy obligado a estar con la mujer que hoy me acompaña…
No saben ustedes cuánta razón tienen en ello porque lejos de sentirme obligado a estar con ella, me siento privilegiado. Jamás imaginé tener tan gran honor de que Dios se acordara de mí y me la pusiera en el camino, soy yo quien a veces siento que no merezco tan extraordinario galardón.
Me pregunto… ¿Qué bien le he hecho a la vida para que me recompensara con el premio más preciado de sus entrañas? Un cariño así es lo que todo hombre anhela hallar… Quizás yo sea uno de los pocos afortunados que lo han encontrado y han llegado a poseerlo, ¿qué más puedo decirles?
Después de aquello guardaron silencio mis fantasmas, y una luz brillante se enfocaba en mis ojos... La luz del día me despertó con la canción de Franco De Vita en mis labios y ya no volvieron a preguntar: ¿volverías a elegir? “si me dieran a elegir una vez más, te elegiría sin pensarlo; es que no hay nada que pensar. Si no existe razón ni motivo para dudarlo ni un segundo, es que tú has sido lo mejor de todo este corazón; que te prefiero más que nada en este mundo…”
Desconozco autor
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