Vuelvo a nacer en ti: Pequeña y blanca soy... La otra -la obscura-que era yo, se quedó atrás como cáscara rota, como cuerpo sin alma, como ropa sin cuerpo que se cae...
¡Vuelvo a nacer!... -Milagro de la aurora repetida y distinta siempre...- Soy la recién nacida de esta hora pura. Y como los niños buenos, no sé de dónde vine.
Silenciosa he mirado la luz-tu luz...- ¡Mi luz! Y lloré de alegría ante una rosa.
Dulce María Loynaz
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