Meditación breve
Es fácil decir “eternidad”, pero son pocos
los que se ponen a pensar y reflexionar lo
que esta palabra significa.
Y es bueno que en estos tiempos
pensemos un poco más en el Cielo
que nos espera si somos buenos,
y en el infierno que nos aguarda si somos malos.
Hoy más que nunca necesitamos pensar
en el Paraíso que nos espera, para
poder vivir esta vida, que es un valle
de lágrimas, con esperanza, sabiendo
que al final todo pasará, y sólo
quedará el Cielo con sus santos,
y el infierno con sus réprobos.
Sumerjámonos en la eternidad.
Pensemos un momento que acabamos
de morir y ya tenemos que entrar o en
el Cielo o en el infierno, eternos ambos.
E imaginemos que ya estamos en
uno de esos dos lugares o estados,
para siempre, siempre, siempre.
La verdad es que da vértigo.
Muchos hombres y mujeres, con el
sólo pensar un poco en esta palabra
“eternidad”, se hicieron monjes, se
retiraron a los desiertos a hacer
penitencia, y se volvieron santos.
Que al menos a nosotros, el pensar
en esta palabra y su significado,
nos saque de la tibieza en que
vivimos esta vida cristiana.
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