Hay un relato sobre un hombre que rezó en el mismo lugar durante 25 años. Un día, el Baal Shem Tov (kabbalista del siglo XVIII) se acercó a él y dijo: “Shalom aleijem”. Este es un saludo que sólo se dice cuando no has visto a alguien en, al menos, tres días.
“¿Por qué dices ‘Shalom aleijem’? Me ves todos los días”.
“Tal vez tu cuerpo ha estado aquí, pero tus pensamientos estuvieron en un lugar diferente”.
Es posible estar al lado de una persona y, no obstante, estar muy apartados. La gente construye murallas a su alrededor y no dejan que los demás entren porque ellos no están presentes. El día de hoy, observa cuándo tus pensamientos te aparten del momento presente y busca una forma de regresar. ¡Derriba esas murallas!
Yehuda Berg
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