PENSAMIENTOs de Richard Bach
Somos hierros, envueltos en alambres de cobre, y cada vez que queremos magnetizarnos podemos lograrlo.
Hacemos fluir nuestro voltaje interior por el alambre y atraemos a quienes deseamos atraer. Al imán no le inquieta la técnica del funcionamiento.
Es él mismo, y por su naturaleza atrae algunos elementos y deja otros intactos.
Es una ley cósmica. Los semejantes se atraen. Limítate a desplegar tu propia personalidad, serena, transparente y luminosa.
Cuando irradiamos lo que somos, preguntándonos a cada instante si lo que hacemos es lo que deseamos hacer y haciéndolo sólo cuando la respuesta es afirmativa, nuestra actitud rechaza automáticamente a quienes nada tienen que aprender de lo que somos y atrae a quienes sí tienen algo que aprender, que son los mismos de quienes nosotros a la vez aprendemos.
He aquí una prueba para verificar si tu misión en la tierra ha concluído:
Si estás vivo, aun no ha concluído.
Supongo que durante mucho tiempo la gente no pudo volar porque no lo creía posible; por eso no aprendía los principios elementales de la aerodinamica.
Yo quiero creer que en alguna parte existe otro principio: no necesitamos aviones para volar; ni para atravesar paredes, ni para llegar a los planetas
Podemos aprender a hacerlo sin la ayuda de ningún tipo de maquinas. Si lo deseamos
Para vivir libre y dichosamente, deberás sacrificar el tedio.
No es siempre un sacrificio fácil.
No te dejes abatir por las despedidas.
Son indispensables como preparación para el reencuentro.
Y es seguro que los amigos se reencontrarán después de algunos momentos
o de todo un ciclo vital.
Tu ignorancia es directamente proporcional
a la medida en que crees en la injusticia y la tragedia
Lo que la oruga interpreta como el fin del mundo
es lo que su dueño denomina mariposa.
Perspectiva:
Utilízala y olvídala.
Si has abierto esta página, olvidas que lo que sucede a tu alrededor no es real.
Piensa en esto.
Enseñar es recordarles a los demás que saben tanto como tú.
Sois todos aprendices, ejecutores, maestros.
Los interrogantes más sencillos son los más profundos.
Dónde has nacido? Dónde está tu hogar? A dónde vas? Qué haces?
Plantéatelos de tiempo en tiempo, y observa cómo cambian tus respuestas.
Enseña mejor lo que más necesitas aprender.