AMOR A LA VIDA
1.- Quien ama la vida no se queda anclado en el pasado ni se retuerce las neuronas pensando en el futuro, sino que vive en el aquí y ahora como si cada instante fuera el primero y el último.
2.- Quien ama la vida sabe que la propia no es eterna, pero lejos de angustiarse por la brevedad y el seguro fin de la misma, vive todos los momentos disfrutando de ellos al máximo porque sabe que son únicos.
3.- Quien ama la vida la respeta y respeta también todo lo vivo. Desde una brizna de hierba hasta un elefante; desde una gota de agua hasta un ciclón; desde una ameba hasta una molécula porque sabe que de todo eso está hecho y todo ello es necesario. Sabe que todo son ciclos dignos de ser respetados.
4.- El mejor deseo no es "que tu vida sea larga"; la duración es lo de menos; el mejor deseo es "¡ojala vivas todos los días de tu vida!".
5.- Quien ama la vida no se irrita con las cosas, las personas ni las situaciones, sino que las acepta y las vive porque de todas se aprende algo beneficioso para seguir el camino.
6.- Quien ama la vida es paciente y perseverante en sus objetivos, asume riesgos y no le importa reconocer que está equivocado porque sabe que el aprendizaje es una cuestión de ensayo y error.
7.- Quien ama la vida, busca soluciones a los problemas cotidianos sin hacer de las soluciones nuevos problemas.
8.- Quien ama la vida es solidario con todos sus semejantes sin distinción. Sabe que no puede ser feliz si uno sólo de sus semejantes es desgraciado y arrima el hombro cuanto puede para acabar con el sufrimiento.
9.- Quien ama la vida no pierde el tiempo mirándose el ombligo ni en quejas sempiternas. No confunde lo accidental y pasajero con lo esencial. Es servicial y humilde, comparte y acompaña, pero no se olvida de sí mismo ya que sabe que el amor que uno mismo se tiene es la medida del amor al prójimo.
10.- Quien ama la vida sabe que la muerte es su destino y que nada se llevará con ella; por lo tanto considera todo lo material que posee en usufructo, sin apegos y está presto a compartirlo alegremente. Lleva su corazón siempre abierto y dispuesto a acoger a cuantos se encuentre en el camino.
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