Page principale  |  Contacte  

Adresse mail:

Mot de Passe:

Enrégistrer maintenant!

Mot de passe oublié?

EL REFUGIO DE ROXANA TANA
 
Nouveautés
  Rejoindre maintenant
  Rubrique de messages 
  Galérie des images 
 Archives et documents 
 Recherches et tests 
  Liste de participants
  
 ♥BIENVENID@S AL REFUGIO DE ROXANA TANA♥ 
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
 B 
 D 
 
 
  Outils
 
۰۪۪۫۫●۪۫۰ Mjes Diarios Fijos ۰۪۪۫۫●۪۫۰: ۰۪۪۫۫●۪۫۰ Recordando nuestra Infancia... ۰۪۪۫۫●۪۫۰
Choisir un autre rubrique de messages
Thème précédent  Thème suivant
Réponse  Message 1 de 143 de ce thème 
De: Roxana Tana  (message original) Envoyé: 26/09/2009 19:40
Photobucket - Video and Image Hosting
 
 

Todas pasamos por una Infancia

distinta a la que actualmente pasan nuestros hijos,

nietos, y muchos otros chicos, donde nos acostumbrabamos

a conformarnos con lo habia y éramos felices....

Cuantas  cosas para recordar....

HAGAMOS MEMORIA....

(idea de Sehila)


 

 

 

 

 

 

Photobucket - Video and Image Hosting



Premier  Précédent  84 à 98 de 143  Suivant   Dernier 
Réponse  Message 84 de 143 de ce thème 
De: SEHILA Envoyé: 15/03/2010 19:41

15 de Marzo: 1962 Nace “Mafalda ( de Roxana)

Escrito por José Antonio Reynel Betanzos on Mar 15th, 2010 y archivado en Actualidad, Destacado, Efemérides, Galería Fotográfica. Tu puedes seguir los comentarios a esta entrada a traves de RSS 2.0. Tu puedes dejar un comentario o enviar una referencia

15 de Marzo: 1962  Nace “Mafalda

MAFALDA
SALUDANDO
Mafalda es una nena terrible, simpática y atrevida, que vive en la Argentina de mediados de los 60 y principios de los 70. Es nacida de una típica familia de Buenos Aires (porteña) de clase media.
Esta niña, como todas, tiene una familia y unos amigos que forman su pandilla. Va a la escuela y, en verano, cuando le salen las cuentas a su papá, va de vacaciones (click aquí). Pero Mafalda no es una niña como otra cualquiera. Humilde y comprometida con las etnias, le preocupa el mundo y no entiende como los adultos pueden llevarlo tan mal. Es famosa en el mundo entero por la gracia de sus preguntas, la inocencia de su mundo y la altura de sus ideales. Luchadora social incansable, emite manifiestos políticos desde su sillita con una inocente falta de inocencia. Puede decirse que es una revolucionaria más allá del lápiz y el papel. A través de Mafalda y su entorno, su autor, Quino (Joaquín Salvador Lavado), reflexiona sobre la situación del mundo y las personas que en él vivimos.
MAFALDA
Esta creación inolvidable del genial Quino apareció por primera vez en 1964 (nació en 1962), e hizo de las suyas junto a sus amiguitos, hasta 1973, año en que se despiden para siempre de sus lectores.
MAFALDA
Todas las ilustraciones y personajes son propiedad de Joaquín Salvador Lavado (Quino).
¿QUIERE VOTAR POR ELLA?
HAGA CLICK AQUI

Réponse  Message 85 de 143 de ce thème 
De: SEHILA Envoyé: 24/03/2010 16:20

El viento cantarín

 

PULSAR EN EL TITULO


Réponse  Message 86 de 143 de ce thème 
De: SEHILA Envoyé: 25/03/2010 19:32
 

Vida de las hadasAngel Sobre las HadasVida de las hadas

LA PRINCESA RANA

Cuento popular ruso
Version castellana de

Laura Canteros

Había una vez un rey que tenía tres hijos. Cuando los príncipes se hicieron mayores, su padre los reunió y les dijo:

-Mis queridos hijos, quisiera que cada uno de ustedes se casara. Deseo tener nietos que endulcen mi vejez.

-Si es así, padre, danos tu bendición –le respondieron los príncipes-. ¿Con quién debemos casarnos?

-Cada uno tomará una flecha –les explicó el rey-. Saldrán al campo y dispararán. Allí donde caiga la flecha, encontrarán su suerte.

Los hijos hicieron una profunda reverencia ante el rey, tomaron cada uno una flecha, salieron al campo, tensaron sus arcos y dispararon.

La flecha del príncipe Nikolai, el hermano mayor, cayó en la mansión de un noble, cuya hija la encontró.

La flecha del príncipe Alexei, el segundo hermano, cayó en el patio de un rico mercader y la recogió una de sus hijas.

La flecha del hermano menor, el príncipe Iván, ascendió muy alto y se perdió de vista. El joven fue a buscarla y, luego de andar y andar sin descanso,

llegó a un pantano. Allí, sobre una hoja de nenúfar, había una rana y a su lado estaba la flecha.

-Rana, ranita –pidió el príncipe-. Devuélveme mi flecha.

-Te la devolveré, si te casas conmigo- respondió la rana.

-¿Qué dices? ¿Acaso voy a casarme con una rana?

-Deberás casarte conmigo. Ésa es tu suerte.

El príncipe Iván se puso triste, pero comprendió que no tenía otra posibilidad. Tomó a la rana, guardó su flecha y volvió al palacio del rey.

Al día siguiente se celebraron las tres bodas: la del príncipe Nikolai con la hija del noble, la del príncipe Alexei con la hija del mercader y la del príncipe Iván con la ranita.

Poco después, el rey hizo llamar a los príncipes y les dijo:

-Quisiera conocer las habilidades de sus mujeres. Para mañana, cada una debe hacerme una camisa.

Los hijos se inclinaron ante el rey y fueron a transmitir la orden.

El príncipe Iván llegó a sus habitaciones muy acongojado. La ranita, que daba saltos por el piso, se detuvo frente a él.

-¿Por qué estás tan cabizbajo, príncipe Iván? –le preguntó-. ¿Qué pena oprime tu corazón?

-Mi padre ha ordenado que le hagas una camisa para mañana.

-No te preocupes, príncipe Iván. Acuéstate y duerme tranquilo, que mañana será otro día.

Cuando el príncipe Iván se durmió, la ranita saltó hasta una de las torres del palacio, se despojó de su piel y se convirtió en Basilisa la Sabia.

Era tan bella que ni en los cuentos había otra igual.

Basilisa la Sabia aplaudió tres veces y llamó con voz melodiosa:

-¡Madrinas, nodrizas mías, no demoren ni un instante! Para mañana por la mañana debo tener una camisa, como la que usa mi padre, para entregar al rey.

Muy temprano, cuando el príncipe Iván se despertó, la ranita ya estaba saltando por la habitación. Sobre la mesa había una camisa envuelta en fino lienzo.

Lleno de alegría, el príncipe Iván fue a ver a su padre. El rey recibió los regalos de los tres hermanos.

El príncipe Nikolai desenvolvió la camisa que traía. Cuando el rey la vio, dijo:

-Esta camisa no es digna de un rey.

Luego desenvolvió la camisa el príncipe Alexei. El rey la vio y dijo:

-Esta camisa sólo sirve para ir al baño.

Llegó entonces el turno del príncipe Iván. La camisa que mostró al rey era una prenda de seda con bellos bordados en oro y plata.

-¡Esta camisa es para lucirla en las fiestas! –exclamó el rey al verla.

Los hermanos mayores se alejaron murmurando:

-Debemos tener cuidado con la mujer de Iván. No es una rana sino una bruja.

Unos días más tarde, el rey volvió a llamar a sus hijos y les pidió:

-Quiero que para mañana sus mujeres me horneen un pan. Me gustaría saber cuál de ellas cocina mejor.

El príncipe Iván regresó a sus habitaciones. Al ver su cara de tristeza, la ranita le preguntó:

-¿Qué pena te agobia, príncipe?

-El rey ha ordenado que le hornees un pan para mañana.

-No te preocupes, príncipe Iván. Acuéstate y duerme tranquilo, que mañana será otro día.

Mientras tanto, las mujeres de los hermanos mayores se burlaban de la rana y anticipaban que no podría cumplir la orden del rey.

Sin embargo, enviaron a una vieja criada para que la espiase y les contara cómo horneaba el pan.

La ranita era muy perspicaz y se dio cuenta de que la estaban espiando. Por eso, preparó la masa y la echó por un agujero que había en lo alto del horno.

La criada corrió a contar lo que había visto y las mujeres de los príncipes hicieron exactamente lo que había hecho la ranita.

Un rato después, la ranita saltó hasta la torre del palacio, se convirtió en Basilisa la Sabia y aplaudió tres veces:

-¡Madrinas, nodrizas mías, no demoren ni un instante! Para mañana por la mañana debo tener un pan esponjoso y blanco como el que comía en casa de mi padre.

Cuando el príncipe Iván se despertó, el pan ya estaba sobre la mesa. Era una hogaza bordeada con arabescos y coronada por una ciudad con sus murallas.

El príncipe Iván se puso muy contento, envolvió cuidadosamente el pan y se lo llevó a su padre.

El rey puso cara de disgusto al ver los panes que traían los hermanos mayores. Sus mujeres habían vertido la masa en el lugar incorrecto del horno y el pan había quedado requemado y duro.

El rey ordenó que se lo dieran a los cerdos.

Cuando el príncipe Iván le entregó su pan, el rey exclamó:

-¡Este pan es para comerlo en las fiestas!

Al día siguiente el rey decidió celebrar un banquete en el palacio. Los tres príncipes debían asistir con sus mujeres.

Una vez más el príncipe Iván regresó cabizbajo a sus habitaciones. La ranita interrumpió sus saltos y le preguntó:

-¿Qué pena te acongoja, príncipe Iván? ¿Acaso tu padre no ha sido cariñoso contigo?

-Ranita, ranita, ¿Cómo quieres que no esté apenado? Mi padre ha ordenado que vaya contigo al banquete. Dime, ¿crees que puedo mostrarte a los invitados?

-No te preocupes, príncipe Iván –le respondió la ranita-. Ve solo al banquete y yo te seguiré. Cuando oigas retumbar un trueno, no te asustes. Si alguien te pregunta algo, le dirás:

“Es mi ranita que viene en una cajita”.

Así lo hizo el príncipe. Al verlo llegar solo, sus hermanos, cuyas mujeres lucían hermosos trajes y tocados elegantes, se burlaron de él. -¿Por qué no ha venido tu mujer? Podrías haberla traído envuelta en un pañuelo –dijo el príncipe Nikolai.

-¡Para encontrar una belleza semejante habrás tenido que recorrer todos los pantanos! –agregó el príncipe Alexei.

El rey, sus hijos, las mujeres y los invitados se ubicaron en las engalanadas mesas y dio comienzo el banquete. De pronto, el sonido de un trueno estremeció a todos.

El príncipe Iván los tranquilizó:

-No teman, queridos invitados, es mi ranita que viene en una cajita.

Ante la puerta del palacio real se detuvo un magnifico carruaje tirado por seis caballos blancos. De su interior descendió Basilisa la Sabia,

vestida con un traje color de cielo cuajado de estrellas de plata. Sobre su pelo lucía la luna clara. Estaba tan bonita que no parecía real.

El príncipe Iván le ofreció su brazo y juntos se dirigieron a ocupar su sitio en la mesa.

La comida transcurrió entre alegres bromas y exclamaciones de admiración por la belleza de la mujer del príncipe Iván.

 

Basilisa bebió un sorbo de vino de su copa y echó el resto del contenido en su manga izquierda. Luego se sirvió un ala de cisne, comió la carne y guardó los huesos en su manga derecha.

Las mujeres de los príncipes mayores la observaban atentamente y se apresuraron a imitarla.

Al terminar la cena, todos se dirigieron al salón de baile. Basilisa la Sabia tomó de la mano al príncipe Iván y comenzó a bailar con tanto ritmo

y tanta gracia que los invitados se quedaron impresionados. Luego sacudió la manga izquierda de su traje y ante ella apareció un lago.

Al sacudir la manga derecha, surgieron varios cisnes con plumaje blanco como la nieve y comenzaron a deslizarse suavemente sobre la superficie del lago.

El rey y sus invitados no cabían en sí de asombro.

Las mujeres de los príncipes mayores también salieron a bailar. Sacudieron una manga y salpicaron a los invitados con vino. Sacudieron la otra

y los huesos salieron disparados en todas direcciones. Uno de ellos le dio en un ojo al rey quien, indignado, echó del salón a sus dos nueras.

Mientras tanto, el príncipe Iván abandonó el baile sin que nadie lo viera, corrió a sus habitaciones, encontró allí la piel de la rana y la arrojó al fuego.

Basilisa la Sabia regresó del baile y vio que la piel había desaparecido. Se dejó caer sobre un taburete y habló al príncipe con infinita tristeza.

-¡Ay, príncipe Iván! ¿Qué has hecho? Si hubieras esperado tan sólo tres días más, me hubiera quedado contigo para siempre. Ahora tendremos que separarnos.

Búscame en el fin del mundo, en el rincón mas apartado de la tierra, en los dominios de Koschei el Inmortal…

Basilisa se transformó en una alondra y salió volando por la ventana. El príncipe Iván lloró amargamente.

Luego hizo una profunda reverencia en dirección a los cuatro puntos cardinales para despedirse de su tierra amada y partió en busca de su mujer.

Nadie sabe cuánto anduvo, pero sus botas perdieron las suelas, su ropa se hizo jirones y su gorro se despedazó por las lluvias.

Un día, mientras avanzaba por un estrecho sendero se encontró con un anciano.

-¡Buenos días, galán! –lo saludó el hombre. ¿A dónde quieres llegar por este camino?

El príncipe Iván le contó su historia.

-¡Ay, príncipe Iván! –se lamentó el anciano-. ¿Por qué se te ocurriría quemar la piel de la ranita? No se la habías puesto tú y no eras tú quien debía quitársela.

Basilisa la Sabia nació muy inteligente y con el paso del tiempo superó a su padre en sabiduría. Temeroso por el poder que pudiera alcanzar, él la condenó a vivir tres años transformada en rana.

En fin, lo hecho, hecho está. Toma este ovillo y síguelo sin temor. Cada paso que avances te acercará a tu mujer.

El príncipe Iván dio las gracias al anciano y echó a andar tras el ovillo. Mientras atravesaba un bosque vio salir un oso de la espesura.

El príncipe aprestó su arco con intención de dispararle, pero el oso le habló con voz humana.

-No me mates, príncipe Iván –le rogó-. Algún día te prestaré un buen servicio.

El príncipe se compadeció del oso, bajó el arco y siguió su camino. De pronto, vio pasar un pato sobre su cabeza.

Aprestó su arco para dispararle, pero el pato le habló con voz humana.

-No me mates, príncipe Iván –le rogó-. Algún día te prestaré un buen servicio.

El príncipe se compadeció del pato, bajó el arco y siguió su camino. En medio de un campo se cruzó con una liebre que corría velozmente.

Con rapidez, el príncipe aprestó el arco, dispuesto a dispararle, pero la liebre le habló con voz humana.

-No me mates, príncipe Iván –le rogó-. Algún día te prestaré un buen servicio.

El príncipe se compadeció de la liebre, bajó el arco y siguió su camino. Llegó a la orilla del mar y vio que sobre la arena yacía un arenque.

-Compadécete de mí, príncipe Iván –le rogó el pez con gran dificultad-. Devuélveme al mar azul.

El príncipe echó el arenque al mar y siguió su camino bordeando la orilla. Tiempo después, el ovillo se internó en un bosque.

Allí había una pequeña cabaña de madera apoyada sobre patas de gallina, que daba vueltas y vueltas sin parar.

-Cabaña, cabaña, deja de girar

Vuelve la espalda al espeso bosque

y ábreme la puerta de par en par.

Cuando el príncipe Iván pronunció estas palabras, la cabaña se detuvo con la pared trasera en dirección al bosque y la puerta abierta frente al joven.

El príncipe entró y vio que en la novena hilera de ladrillos de la chimenea estaba acostada la bruja Yagá Pata de Palo, con los dientes sobre la repisa y la nariz clavada en el techo.

-¿Qué te trae por aquí, galán? –preguntó la bruja-. ¿Vas en busca de tu destino o huyes de él sin tino?

-Antes de ponerte a preguntar, vieja bruja –replicó sin temor el príncipe-, deberías prepararme un baño y darme de comer y beber.

La bruja Yagá Pata de Palo preparó el baño para el príncipe, le sirvió una comida y tendió la cama para que se acostase a descansar. Antes de dormirse,

el príncipe Iván le contó que iba en busca de su mujer, Basilisa la Sabia.

-Ya estaba enterada –le dijo la bruja-. Tu mujer vive ahora en el palacio de Koschei el Inmortal. No va a ser nada fácil rescatarla.

Vencer a Koschei es casi imposible. Su muerte se encuentra en la punta de una aguja, la aguja esta encerrada en un huevo,

el huevo lo lleva dentro un pato, el pato vive dentro de una liebre, la liebre esta encerrada dentro de un cofre de piedra

y el cofre se encuentra en la copa de un roble altísimo que Koschei vigila celosamente día y noche.

A la mañana siguiente, la bruja explicó al príncipe donde se encontraba aquel roble tan alto. El príncipe se puso en camino y luego de mucho andar

llego al pie del árbol en cuya copa apenas se distinguía el cofre de piedra. Intentó trepar por el tronco, pero no lo consiguió.

De pronto, como por arte de magia, apareció un oso que arrancó de cuajo el roble y volvió a internarse en el bosque. El cofre cayó y se hizo añicos.

De su interior saltó una liebre que echó a correr ligera como el viento, pero otra liebre le dio alcance y la destrozó.

De la liebre muerta salió un pato que voló hasta las nubes en un instante, pero otro pato se lanzó sobre él y le dio un terrible aletazo.

El pato dejó caer un huevo que se hundió en el mar azul.

El príncipe Iván vio todo desde la orilla y estalló en llanto. ¿Cómo iba a encontrar el huevo en el fondo del mar?

Un rato después vio que nadaba hacia él un arenque con el huevo en la boca. El príncipe partió el huevo, sacó la aguja e intentó romperle la punta.


Réponse  Message 87 de 143 de ce thème 
De: SEHILA Envoyé: 25/03/2010 19:35

La niña de los fósforos

Por Hans Christian Andersen

 

¡Qué frío tan atroz! Caía la nieve, y la noche se venía encima. Era el día de Nochebuena. En medio del frío y de la oscuridad, una pobre niña pasó por la calle con la cabeza y los pies desnuditos.

Tenía, en verdad, zapatos cuando salió de su casa; pero no le habían servido mucho tiempo. Eran unas zapatillas enormes que su madre ya había usado: tan grandes, que la niña las perdió al apresurarse a atravesar la calle para que no la pisasen los carruajes que iban en direcciones opuestas.

La niña caminaba, pues, con los piececitos desnudos, que estaban rojos y azules del frío; llevaba en el delantal, que era muy viejo, algunas docenas de cajas de fósforos y tenía en la mano una de ellas como muestra. Era muy mal día: ningún comprador se había presentado, y, por consiguiente, la niña no había ganado ni un céntimo. Tenía mucha hambre, mucho frío y muy mísero aspecto. ¡Pobre niña! Los copos de nieve se posaban en sus largos cabellos rubios, que le caían en preciosos bucles sobre el cuello; pero no pensaba en sus cabellos. Veía bullir las luces a través de las ventanas; el olor de los asados se percibía por todas partes. Era el día de Nochebuena, y en esta festividad pensaba la infeliz niña.

Se sentó en una plazoleta, y se acurrucó en un rincón entre dos casas. El frío se apoderaba de ella y entumecía sus miembros; pero no se atrevía a presentarse en su casa; volvía con todos los fósforos y sin una sola moneda. Su madrastra la maltrataría, y, además, en su casa hacía también mucho frío. Vivían bajo el tejado y el viento soplaba allí con furia, aunque las mayores aberturas habían sido tapadas con paja y trapos viejos. Sus manecitas estaban casi yertas de frío. ¡Ah! ¡Cuánto placer le causaría calentarse con una cerillita! ¡Si se atreviera a sacar una sola de la caja, a frotarla en la pared y a calentarse los dedos! Sacó una. ¡Rich! ¡Cómo alumbraba y cómo ardía! Despedía una llama clara y caliente como la de una velita cuando la rodeó con su mano. ¡Qué luz tan hermosa! Creía la niña que estaba sentada en una gran chimenea de hierro, adornada con bolas y cubierta con una capa de latón reluciente. ¡Ardía el fuego allí de un modo tan hermoso! ¡Calentaba tan bien!

Pero todo acaba en el mundo. La niña extendió sus piececillos para calentarlos también; más la llama se apagó: ya no le quedaba a la niña en la mano más que un pedacito de cerilla. Frotó otra, que ardió y brilló como la primera; y allí donde la luz cayó sobre la pared, se hizo tan transparente como una gasa. La niña creyó ver una habitación en que la mesa estaba cubierta por un blanco mantel resplandeciente con finas porcelanas, y sobre el cual un pavo asado y relleno de trufas exhalaba un perfume delicioso. ¡Oh sorpresa! ¡Oh felicidad! De pronto tuvo la ilusión de que el ave saltaba de su plato sobre el pavimento con el tenedor y el cuchillo clavados en la pechuga, y rodaba hasta llegar a sus piececitos. Pero la segunda cerilla se apagó, y no vio ante sí más que la pared impenetrable y fría.

Encendió un nuevo fósforo. Creyó entonces verse sentada cerca de un magnífico nacimiento: era más rico y mayor que todos los que había visto en aquellos días en el escaparate de los más ricos comercios. Mil luces ardían en los arbolillos; los pastores y zagalas parecían moverse y sonreír a la niña. Esta, embelesada, levantó entonces las dos manos, y el fósforo se apagó. Todas las luces del nacimiento se elevaron, y comprendió entonces que no eran más que estrellas. Una de ellas pasó trazando una línea de fuego en el cielo.

-Esto quiere decir que alguien ha muerto- pensó la niña; porque su abuelita, que era la única que había sido buena para ella, pero que ya no existía, le había dicho muchas veces: "Cuando cae una estrella, es que un alma sube hasta el trono de Dios".

Todavía frotó la niña otro fósforo en la pared, y creyó ver una gran luz, en medio de la cual estaba su abuela en pie y con un aspecto sublime y radiante.

-¡Abuelita!- gritó la niña-. ¡Llévame contigo! ¡Cuando se apague el fósforo, sé muy bien que ya no te veré más! ¡Desaparecerás como la chimenea de hierro, como el ave asada y como el hermoso nacimiento!

Después se atrevió a frotar el resto de la caja, porque quería conservar la ilusión de que veía a su abuelita, y los fósforos esparcieron una claridad vivísima. Nunca la abuela le había parecido tan grande ni tan hermosa. Cogió a la niña bajo el brazo, y las dos se elevaron en medio de la luz hasta un sitio tan elevado, que allí no hacía frío, ni se sentía hambre, ni tristeza: hasta el trono de Dios.

Cuando llegó el nuevo día seguía sentada la niña entre las dos casas, con las mejillas rojas y la sonrisa en los labios. ¡Muerta, muerta de frío en la Nochebuena! El sol iluminó a aquel tierno ser sentado allí con las cajas de cerillas, de las cuales una había ardido por completo.

-¡Ha querido calentarse la pobrecita!- dijo alguien.

Pero nadie pudo saber las hermosas cosas que había visto, ni en medio de qué resplandor había entrado con su anciana abuela en el reino de los cielos
.


Réponse  Message 88 de 143 de ce thème 
De: SEHILA Envoyé: 25/03/2010 19:37

Mafalda es el nombre de una tira de prensa argentina desarrollada por el historietista Quino desde 1964 a 1973, la cual está protagonizada por la niña homónima, "espejo de la clase media latinoamericana y de la juventud progresista"[1] que se muestra preocupada por la humanidad y la paz mundial, y se rebela contra el mundo legado por sus mayores.

Mafalda es muy popular en Latinoamérica en general, España, Italia, Grecia y Francia. Ha sido traducida a más de treinta idiomas,[2]

 

Mafalda
SculptureOfMafalda.jpg


Réponse  Message 89 de 143 de ce thème 
De: SEHILA Envoyé: 16/04/2010 16:07
 
 
¿Cómo vivía tu abuelo?
No me refiero a su trabajo, su lugar de residencia o afilicación política. Me pregunto qué llevaba en el bolsillo, qué tomaba en el bar, qué daba de merendar a sus hijos.
Comencemos por el principio, dice Farrás: tu abuelo se levanta por la mañana y, como es natural, lo primero que hace es ir al baño (que, en el caso de esta zona rural, no es otro que el corral). Para limpiarse, unas páginas de La Vanguardia.
 Tu padre, en cambio, usará el primer papel higiénico, de marca Elefante, en comercializarse en España.
 
En cuanto a ti, te vuelves loco en el supermercado tratando de elegir entre una docena de marcas que nada tienen que ver con esa lija marrón envuelta en papel celofán tan popular en su época.
 
 
 
En torno al Anís del Mono , el más comercial, surgieron más de 20 marcas, la mayoría con nombres y representaciones de animales.
 
 
 
 
 
Aquí tenemos la mítica Gallina Blanca, que alimentó a muchas generaciones de españoles...
y el ColaCao: Yo soy aquel negrito, del África tropical, que cultivando cantaba la canción del ColaCao…
 
 

Réponse  Message 90 de 143 de ce thème 
De: SEHILA Envoyé: 17/04/2010 13:55
ESPERO LES GUSTEN
 

Réponse  Message 91 de 143 de ce thème 
De: SEHILA Envoyé: 17/04/2010 14:26
Cuando llegues a la última frase..., ¡¡vas a sonreír!!

Te acuerdas de...

- Aquel tiempo, cuando las decisiones importantes se tomaban mediante un  práctico... 'Pito-pito gorgorito... ¿dónde vas tu tan bonito?'... A la era verdadera... pim pom fuera!'

- Se podí­an detener las cosas cuando se complicaban con un simple...' No ha valido' o 'Eso no vale' o 'Trampa, noo, trampa'

- Los errores se arreglaban diciendo simplemente...'Empezamos otra vez'

- El peor castigo y condena era que te hicieran escribir 100 veces... 'No debo...'

- Tener mucho dinero, solo significaba poder comprarte un helado o una bolsa de chucherí­as a la salida del cole...

- Hacer una montaña de arena , podí­a mantenernos felizmente ocupados durante toda una tarde...

- Para salvar a todos los amigos en las cogidas bastaba con un grito: '¡Por mí! ¡Por todos mis compañeros y por mí primero!'

- Siempre descubrí­as tus más ocultas habilidades, a causa de un ' ¿A que no haces esto?'

- No habí­a nada más prohibido que jugar con fuego...

- ¡TONTO EL ÚLTIMO! Era lo único que nos hací­a correr como locos hasta que sentí­amos que el corazón se nos salí­a del pecho...

- El ladrón y policía era solo un juego para el recreo, y por supuesto era mucho más divertido ser ladrón que policí­a...

- Los globos de agua eran la más moderna, poderosa y eficiente arma que jamás se había inventado...

- La mayor desilusión era solo haber sido elegidos últimos para el equipo del cole...

- Los hermanos mayores, eran el peor de los tormentos, pero también los más fieles y feroces PRotectores.

- Nunca faltaban los caramelos que tiraban los Reyes Magos, ni el dinero que nos dejaba el Ratoncito Pérez bajo la almohada...

- ' GUERRA' solo significaba arrojarse tizas y bolas de papel durante las horas libres en clase...

- Los helados y la leche con galletas constituí­an el grupo de los alimentos básicos y esenciales.

- Quitar las ruedas pequeñas a la bici significaba un gran paso en tu vida.

- El mayor negocio del siglo era conseguir cambiar los diez cromos repetidos por el que hacía tanto tiempo que buscabas...

- Hacer cabañas con ramas cuando íbamos de excursión al campo nos entretení­a durante horas... Hasta que vení­an a avisarnos de que tení­amos que marchar y llorábamos desconsolados...

- Todos te admiraban si lograbas cruzar la comba mientras saltabas...

- Era un gran tesoro si encontrabas trozos de escayola en los cubos de basura y poder dibujar en el suelo y  jugar...

- Sentarnos frente al televisor a las 5 en punto con los ojos desencajados para ver Barrio Sésamo

- Creerte superman o supergirl... y ponerte el 'babi' del cole a modo de capa mientras subidos en cualquier escalón deseabas con todas tus fuerzas poder volar como ellos...

- Todas estas simples cosas nos hací­an felices, no necesitábamos nada más que un balón, una comba y dos amigos con los que hacer el ganso durante todo el dí­a...
SI PODÉIS RECORDAR LA MAYORÍA DE ESTAS COSAS Y HE CONSEGUIDO QUE SONRIÁIS.


ENTONCES SIGNIFICA QUE HABÉIS TENIDO UNA INFANCIA FELIZ...Y QUE TODAVÍA OS QUEDA DENTRO ALGO DEL NIÑO QUE ÉRAMOS NO HACE TANTO TIEMPO


ASÍ QUE ENVÍA ESTO AL QUE NECESITE UN PEQUEÑO DESCANSO EN SU APRETADA Y AGITADA VIDA DE ADULTO O QUE ESTÁ ENTRANDO EN ELLA Y SE AGOBIA.


¡NUNCA PERDÁIS AL NIÑO Q LLEVAMOS DENTRO!

ÉL/ELLA DA SENTIDO A NUESTRA VIDA


Por cierto... ¡¡EL ÚLTIMO SE LA

queda!! ahora la llevas.

Réponse  Message 92 de 143 de ce thème 
De: SEHILA Envoyé: 16/06/2010 17:32
Gira y gira el trompo


"¿Cuántas veces bailé mi trompo, llevando en cada vuelta, el paso del tiempo donde junto a mis amig@s dejamos lo mejor de nuestra niñez?

Foto de Pedro Rafael Gutiérrez Doña
Era una juego bastante sencillo. Para comenzar pintábamos una raya y todos lanzábamos el trompo, el que cayera más lejos de la raya ponía su trompo en el suelo, entonces todos los demás teníamos que bailar el trompo y cada vez que lo hiciéramos debíamos pegarle al trompo que estaba en el suelo. El objetivo era sencillo, debíamos empujar el trompo en el suelo a punta de golpes unos 100 metros sobre la calle. Si al bailar el trompo nó podías pegarle al del suelo entonces el tuyo lo sustituía.
Puente o teleférico: Se coge con una mano los dos extremos del cordel y se estira. En el rail que se forma se hace bailar al trompo. Al levantar una de las dos manos se puede inclinar el cordel de tal manera que el trompo se desplace.
Hacerlo bailar en la mano: Se puede hacer mientras el trompo está girando haciendo que baile en la palma, o recogerlo con el dedo índice en cuyo caso se llama "copita". Otra forma es darle un certero golpe y hacer que salte en la palma de la mano
Pico al aire: consiste en lanzar el trompo y antes de que éste haya tocado el suelo y la cuerda se haya desenredado se atraiga hacia la mano, buscando que el trompo quede girando allí.
Deslizamiento: Mientras que el trompo gira con la ayuda del cordel se trata de trasladar de un lugar a otro.
Lanzamiento: Mientras el trompo gira en el suelo se lía el cordel suavemente sobre su punta y se tira hacia arriba. El trompo salta y ha de caer girando de nuevo, ya sea en el suelo o en la mano
:
 Se forma un círculo en el suelo, en cuyo centro coloca cada jugador una canica, otro trompo, o más usualmente, una moneda, y después de echar cada uno su trompo se recoge en la mano y se procura lanzarlo contra una de las monedas y para sacarla del círculo, repitiendo la operación mientras el trompo gire. Si lo consigue se lleva la moneda. Si el trompo deja de girar entra otro jugador.

Rompetrompos:
Se forma un círculo en el suelo, en cuyo centro se coloca un trompo, contra el cual se tiran los trompos con el fin de destruirlo. Aquel jugador que falle el tiro y no logre darle sustituirá con su trompo el que se encuentra en el suelo.

otros.
Saca trompos:

Réponse  Message 93 de 143 de ce thème 
De: SEHILA Envoyé: 18/06/2010 17:47

 

JUEGOS DE NUESTRA INFANCIA

La escondida:
 
 
La rayuela:
 
 
Saltar la cuerda:
 
 
 
Hacer teléfonos con vasos de plástico e hilo
 
 
 
 
 
 
 

Réponse  Message 94 de 143 de ce thème 
De: SEHILA Envoyé: 23/06/2010 15:36
MENSAJE DE MONI
 
 
susysandro.gif picture by twistykary
 
CUENTO 
 

LA CASITA DE CHOCOLATE 

Allá a lo lejos, en una choza próxima al bosque vivía un leñador con su esposa y sus dos hijos: Hansel y Gretel. El hombre era muy pobre. Tanto, que aún en las épocas en que ganaba más dinero apenas si alcanzaba para comer. Pero un buen día no les quedó ni una moneda para comprar comida ni un poquito de harina para hacer pan. “Nuestros hijos morirán de hambre”, se lamentó el pobre esa noche. “Solo hay un remedio -dijo la mamá llorando-. Tenemos que dejarlos en el bosque, cerca del palacio del rey. Alguna persona de la corte los recogerá y cuidará”.

Hansel y Gretel, que no se habían podido dormir de hambre, oyeron la conversación. Gretel se echó a llorar, pero Hansel la consoló así: “No temas. Tengo un plan para encontrar el camino de regreso. Prefiero pasar hambre aquí a vivir con lujos entre desconocidos”. Al día siguiente la mamá los despertó temprano. “Tenemos que ir al bosque a buscar frutas y huevos -les dijo-; de lo contrario, no tendremos que comer”. Hansel, que había encontrado un trozo de pan duro en un rincón, se quedó un poco atrás para ir sembrando trocitos por el camino.

Cuando llegaron a un claro próximo al palacio, la mamá les pidió a los niños que descansaran mientras ella y su esposo buscaban algo para comer. Los muchachitos no tardaron en quedarse dormidos, pues habían madrugado y caminado mucho, y aprovechando eso, sus padres los dejaron. Los pobres niños estaban tan cansados y débiles que durmieron sin parar hasta el día siguiente, mientras los ángeles de la guarda velaban su sueño.

Al despertar, lo primero que hizo Hansel fue buscar los trozos de pan para recorrer el camino de regreso; pero no pudo encontrar ni uno: los pájaros se los habían comido. Tanto buscar y buscar se fueron alejando del claro, y por fin comprendieron que estaban perdidos del todo.

Anduvieron y anduvieron hasta que llegaron a otro claro. ¿A que no sabéis que vieron allí? Pues una casita toda hecha de galletitas y caramelos. Los pobres chicos, que estaban muertos de hambre, corrieron a arrancar trozos de cerca y de persianas, pero en ese momento apareció una anciana. Con una sonrisa muy amable los invitó a pasar y les ofreció una espléndida comida. Hansel y Gretel comieron hasta hartarse.Luego la viejecita les preparó la cama y los arropó cariñosamente.

Pero esa anciana que parecía tan buena era una bruja que quería hacerlos trabajar. Gretel tenía que cocinar y hacer toda la limpieza. Para Hansel la bruja tenía otros planes: ¡quería que tirara de su carro! Pero el niño estaba demasiado flaco y debilucho para semejante tarea, así que decidió encerrarlo en una jaula hasta que engordara. ¡Gretel no podía escapar y dejar a su hermanito encerrado! Entretanto, el niño recibía tanta comida que, aunque había pasado siempre mucha hambre, no podía terminar todo lo que le llevaba.

Como la bruja no veía más allá de su nariz, cuando se acercaba a la jaula de Hansel le pedía que sacara un dedo para saber si estaba engordando. Hansel ya se había dado cuenta de que la mujer estaba casi ciega, así que todos los días le extendía un huesito de pollo. “Todavía estás muy flaco -decía entonces la vieja-. ¡Esperaré unos días más!”. Por fin, cansada de aguardar a que Hansel engordara, decidió atarlo al carro de cualquier manera. Los niños comprendieron que había llegado el momento de escapar.

Como era día de amasar pan, la bruja había ordenado a Gretel que calentara bien el horno. Pero la niña había oído en su casa que las brujas se convierten en polvo cuando aspiran humo de tilo, de modo que preparó un gran fuego con esa madera. “Yo nunca he calentado un horno -dijo entonces a la bruja-. ¿Por que no miras el fuego y me dices si está bien?”. “¡Sal de ahí, pedazo de tonta! -chilló la mujer-. ¡Yo misma lo vigilaré!”. Y abrió la puerta de hierro para mirar. En ese instante salió una bocanada de humo y la bruja se deshizo. Solo quedaron un puñado de polvo y un manojo de llaves. Gretel recogió las llaves y corrió a liberar a su hermanito. Antes de huir de la casa, los dos niños buscaron comida para el viaje. Pero, cual sería su sorpresa cuando encontraron montones de cofres con oro y piedras preciosas! Recogieron todo lo que pudieron y huyeron rápidamente.

Tras mucho andar llegaron a un enorme lago y se sentaron tristes junto al agua, mirando la otra orilla. ¡Estaba tan lejos! “¿Queréis que os cruce?”, preguntó de pronto una voz entre los juncos. Era un enorme cisne blanco, que en un santiamén los dejó en la otra orilla. ¿Y adivinen quien estaba cortando leña justamente en ese lugar? ¡El papá de los chicos! Sí, el papá que lloró de alegría al verlos sanos y salvos. Después de los abrazos y los besos, Hansel y Gretel le mostraron las riquezas que traían, y tras agradecer al cisne su oportuna ayuda, corrieron todos a reunirse con la mamá. 

 
 
 
 
fondokarytextoSarahkay2010.gif image by twistykary

 

 

Réponse  Message 95 de 143 de ce thème 
De: SEHILA Envoyé: 28/06/2010 20:01
CARAMELOS Y GOLOSINAS
 
El año 1970 fue el año de los PALOTES. Aunucios de TVE, cuñas de radio y miles de posters como estos se pusieron en revistas y kioskos de toda España, anunciaban a bombo y platillo un concurso de PALIN PALOTES. Regalaban balones de futbol, pelotas de playa, cometas, camaras, camisetas, gafas de bucear y el mitico castillo de PALIN PALOTES. Reuniendo 100 puntos con los envoltorios de los Palotes te regalaban un castillo medieval que es hoy en dia autentica y cotizada pieza de coleccionismo vintage de juguetes.




´
 
 
 

Los Chupa-Chups en 1957 valian 1 peseta.
..Caramelos CLIPPERS de Adams del año 1964

 

 

JUGUETITOS CON ANISITOS años 60/70. Era un juguete y un caramelo de anis en uno.
Los habia de todo: Ositos, aviones, raquetas de tenis, lupas, sifones, botellitas, pistolas y rifles, sonajeros, ratones, puñales, botijos etc.

 
 
Caremelos de eucalipto PECTOL de la marca Damel, años 70.

Réponse  Message 96 de 143 de ce thème 
De: SEHILA Envoyé: 31/08/2010 13:38
PEGATINAS  Y CROMOS
[Cromos+de+picar.jpg] 
 
 
Foto de Cromos pegatinas bollycao 1992
 
 
 
pegatinas_toi
 

Corría el año 1992 y veías por todas partes a Curros y Cobis, y un buen rollo “postochentero” inundaba el país. Yo iba al colegio como todos los días, y esperaba ansioso la hora del recreo para echarle el guante a mi Bollycao. Pero no por que tuviese hambre -que la tenía- sino para abrirlo y manipular el aceitoso envoltorio que guardaba un deseado tesoro: la pegatina con el dibujo de la portada de un juego de Sega; ya podía ser de Mega Drive, Master System o Game Gear, daba igual.

pegatinas_sega_03


Réponse  Message 97 de 143 de ce thème 
De: SEHILA Envoyé: 15/10/2010 17:45
Comba balanceada

"Soy la Reina de los mares".
"Soy la reina de los mares,
y ustedes lo van a ver,
tiro mi pañuelo al agua (deja el pañuelo en el suelo)
y lo vuelvo a recoger (lo recoge).
Pañuelito, pañuelito,
¿quién te pudiera tener?
Guardadito en el bolsillo (lo guarda)
Como un pliego de papel"

---------------------------

 "Al pasar la barca"
"Al pasar la barca,
me dijo el barquero:
las niñas bonitas,
no pagan dinero.
Yo no soy bonita,
Ni lo quiero ser,
Arriba la barca,
Una, dos y tres".

-------------------------El Cocherito
El cocherito leré
me dijo anoche, leré,
que si quería, leré,
montar en coche, leré.
Y yo le dije, leré,
Con gran salero, leré
No quiero coche, leré,
Que me mareo, leré."
Al decir "leré" la cuerda gira en el aire y el niñ@ se pone en cuclillas

 

-----------------------------------------------------------

 "Las Tijeras"
"Yo tengo unas tijeras,
que se abren y se cierran.
Yo toco el cielo,
Yo toco la tierra.
Yo me arrodillo
Y me salgo fuera"
Se van haciendo los gestos correspondientes a la vez que se salta.

 

-----------------------------------------------------------------------

Te convido (comba con saltador*)
-Te convido
-¿a qué?
-a un café
-¿a qué hora?
-a las tres.
-una, dos y tres.
-entra, rosa,
color de mariposa,
sal clavel,
color de moscatel.
--------------------------------------------------

 



Réponse  Message 98 de 143 de ce thème 
De: SEHILA Envoyé: 15/10/2010 17:46

Quisiera ser tan alta como la luna,
ay, ay,

como la luna, como la luna.
Para ver los soldados de Cataluña,
ay, ay,
de Cataluña, de Cataluña.
De Cataluña vengo de servir al rey,
ay, ay,
de servir al rey, de servir al rey.
Y traigo la licencia de mi coronel,
ay, ay,
de mi coronel, de mi coronel.
Al pasar por el puente de Santa Clara,
ay, ay,
de Santa Clara, de Santa Clara.
Se me cayó el anillo dentro del agua,
ay, ay,
dentro del agua, dentro del agua.
Al sacar el anillo saqué un tesoro
ay, ay,
saqué un tesoro, saqué un tesoro.
Una virgen de plata y un cristo de oro
ay, ay,
y un cristo de oro, y un cristo de oro.



Premier  Précédent  84 a 98 de 143  Suivant   Dernier 
Thème précédent  Thème suivant
 
©2024 - Gabitos - Tous droits réservés