- La verdad -dijo otro alumno -
sabemos que ya es de día cuando podemos distinguir, a la distancia,
un olivo de una higuera.
- No es una buena definición.
- ¿Cuál es la respuesta, entonces? -preguntaron los pequeños.
Y el rabino dijo:
- Cuando un extraño se aproxima,
y nosotros lo confundimos con nuestro hermano,
ése es el momento cuando la noche acaba y comienza el día.
PAULO COELHO