Mi relación con
la comida
1ª parte
Todos somos diferentes frente a un plato de comida. Para algunos su preocupación se basa en llevar una dieta lo más saludable posible, otros se obsesionan por el cálculo preciso de las calorías que contiene cada alimento y otros vigilan todo lo que comen debido a su intolerancia a ciertos alimentos. Y tú, ¿Qué tal te llevas con la comida?
Unas veces nos atiborramos a comer y otras somos incapaces de probar bocado. Todos los días nos proponemos comer un poco menos, pero siempre terminamos comiendo un poco más. Cada días más personas comprueban cómo el estrés, la ansiedad, la pena o la alegría condicionan su alimentación. Pero, ¿por qué? Según Clotilde Vázquez, jefa de sección de endocrinología y nutrición: “Hoy mantenemos una relación perversa con la comida, ya que se ha convertido o bien en un mecanismo de expresión o bien en un sustitutivo afectivo y ha perdido su objetivo esencial, que es el hecho de estar bien alimentados. Además, la existencia en el mercado de un mayor número de productos con propiedades específicas ha provocado que el consumidor compre más, pero eso no quiere decir que nos estemos alimentando correctamente. No hay que olvidar la importancia que han cobrado en los últimos años, debido al aumento de pacientes, los trastornos de conducta alimentaria y el sobrepeso, que se han convertido ya en la nueva epidemia del siglo XXI”.
Frente al plato
Pero hay más. Hombres y mujeres mantenemos una relación con la comida diferente. Así lo confirma Adela Rovira: “La mayoría de las mujeres mantienen una relación amable con la comida. Ellas son las que se ocupan de preparar los menús diarios y saben cómo alimentar correctamente a la familia. Además, suelen demostrar el afecto y el cariño en cada menú. Después, hay una minoría de jóvenes cuya relación con la alimentación es temerosa por miedo a subir un kilo. Y ya, por último, están las mujeres que mantienen una relación práctica, porque intentan que exista un equilibrio entre el tiempo dedicado a cocinar, la creación de un menú completo y saludable y el dinero que invierten en la alimentación. Sin embargo, el caso de los hombres es totalmente diferente. La mayoría de los hombres no vuelcan sus emociones en los fogones. A ellos les gusta alimentarse bien, dan prioridad al sabor por encima de las calorías y ven la comida más como un acto social que como una responsabilidad familiar. Además, ellos no sufren tanta presión como nosotras en torno a la delgadez y el cuerpo perfecto”. Sin embargo, como en todo, hay excepciones. Es el caso del publicista Miguel Herrero, de 30 años. Su relación con la comida ha sido siempre una tortura debido a su sobrepeso. “Mi infancia y adolescencia estuvieron marcadas por las privaciones, porque estaba gordito. Fue una etapa muy difícil. Pero ya de adulto, mi relación con la comida tampoco ha mejorado. Me sobra veinticinco kilos y no sé cómo perderlo. He probado todo tipo de dietas y cómo máximo he logrado perder diez. De forma que vivo pendiente de las calorías que tienen todos los alimentos y es desesperante. Sé que mi relación con la comida no es saludable. Es terrible estar gordo en una sociedad que sólo valora el aspecto físico.”
(Continúa)
Cele -Celestino-