Relata el evangelio según San marcos que Jesús, durante la oración en Getsemaní inmediatamente antes de su prendimiento, llamó a Dios "abbá".
"Jesús se adelantó un poco, y cayó en tierra suplicando que, si era posible, no tuviera que pasar por aquella hora. Decía: “Abbá,( o sea, Padre), para ti todo es posible, aparta de mí esta copa. Pero no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres tú.” " (Mc 14, 35-36)
Traducido al griego, la palabra es "pater", término con el cual Jesús se dirige muchas veces a Dios (Mt 6, 9, el Padrenuestro). Pareciera en Mc 14, 36 a simple vista que "abbá" (arameo) es lo mismo que "padre" (pater, en griego), sin embargo, hay matices que se pierden si se piensa de esa manera, puesto que "abbá" es una palabra especial. Debería resultarnos interesante que las otras dos citas del Nuevo Testamento donde se utiliza "abbá", ambas en cartas de San Pablo, sean llamados a invocar a Dios con este término.
En la Carta a los Romanos, San Pablo enseña lo siguiente:
"Todos aquellos a los que guía el Espíritu de Dios son hijos e hijas de Dios. Entonces no vuelvan al miedo; ustedes no recibieron un espíritu de esclavos, sino el espíritu propio de los hijos, que nos permite gritar: ¡Abbá!, (o sea: ¡Padre)!" (Romanos 8, 14-15)
Finalmente, en la Carta a Los Gálatas, San Pablo indica que desde nuestro corazón Jesús mismo clama al Padre con la misma palabra que utilizó Jesús en Getsemaní:
"Ustedes ahora son hijos, por lo cual Dios ha mandado a nuestros corazones el Espíritu de su propio Hijo que clama al Padre: ¡Abbá!, (o sea: ¡Papá!) " (Gálatas 4, 6)
Las anteriores son las tres ocasiones en las cuales aparece el término "Abbá" (padre en arameo) en el Nuevo Testamento, toda una novedad teológica en el mundo judío, donde nunca nadie había llamado "abbá" a Dios, la forma cotidiana pero infinitamente cariñosa en que un hijo pequeño se refiere a su papá terrenal. Eso era algo literalmente irrespetuoso. Eso no significa que a Dios no se le llamara padre en el Antiguo Testamento. Por ejemplo, en Isaías 64, 7 y en Deuteronomio 32, 18 se le llama así, como padre del colectivo; Jesús siempre lo llama como padre personal suyo, y no deja de recordar a sus discípulos que es nuestro padre (como en Mt 5, 16). Pero lo cierto es que "abbá" como denominación de Dios nunca es empleada en el Antiguo Testamento, ni por el judaísmo en general.
Por ello, que podamos invocar a Dios como "abbá" es algo que no debiéramos ignorar, sino por el contrario hacerlo nuestro en lo más profundo del corazón.
(De Buscadores del Reino)