Atravesar la
quinta estación
Al finalizar el invierno nuestro organismo necesita dos semanas para reequilibrarse y encarar con fuerza los días primaverales. La medicina tradicional china nos invita a cruzar armoniosamente este periodo que perturba nuestro equilibrio psicológico y fisiológico.
La primavera es, sin duda, la época más esperada del año. Florecen los campos, los días se alargan, el frío va perdiendo intensidad… Sin embargo, aunque deseamos fervientemente que todo eso llegue, los últimos 18 días de invierno, los más húmedos y lluviosos de esa época del año, se convierten en una eternidad. Sin saber por qué, nos sentimos más sensibles y vulnerables que nunca. La medicina tradicional china denomina ese periodo de fragilidad fisiológica y psicológica como la quinta estación. “Es un momento de cambio, de mutación, una época pesada en la que nos cuesta avanzar porque comienza a aflorar emociones típicas de la primavera: agresividad, ira, competitividad, estrés e incluso una gran sensación de frustración”, explica la doctora Ma Hong Yan, terapeuta especialista en medicina tradicional china. En invierno, en cambio, prevalecen sentimientos como el miedo, la inseguridad y la falta de coraje. Por eso los días que se suceden entre estas dos estaciones nos sentimos confundidos, preocupados y con miles de planes en mente que no acabamos de poner en marcha. Según Ma Hong Yan: “Esto es debido a una acumulación de humedad en el cuerpo, uno de los enemigos del bazo y el estómago”.
El centro del cuerpo
Para los chinos cada estación se corresponde con unas emociones que, a la vez, están controladas por un órgano distinto. Mientras la primavera está conectada con el hígado, esta “entre temporada” tiene relación con el bazo t el estómago, los dos pilares de la digestión. “En China el sistema digestivo es el centro del cuerpo humano”, apunta Ma Hong Yan. De ahí la necesidad de que estos días estemos más pendientes de la calidad de nuestra alimentación y seamos más conscientes que nunca de que una buena digestión nace de la complementariedad entre el estómago, que odia la sequía y el calor excesivo, y el bazo, que no quiere humedad. Además, según la medicina tradicional china, la quinta estación es una época estrechamente ligada a la Tierra, que debe abonarse y ventilarse correctamente.
Por eso es primordial llevar una dieta sana y equilibrada, priorizando comidas de propiedades calientes, hortalizas de sabor dulce y color anaranjado que crece a ras del suelo o por debajo, comiendo poco y evitando ensaladas y postres fríos. “Estos dos errores son muy comunes en las sociedades occidentales y no hacen más que provocar digestiones pesadas que tienden a engordarnos”.
Para mantener a raya las humedades, el mejor aliado es el movimiento corporal. Correr media hora al día al aire libre elimina toxinas y ventila cuerpo y mente. “Si aligeramos el cuerpo aligeramos la mente, propiciando que bazo y estómago generen más energía, que las emociones mejoren y que las obsesiones típicas de esta época se alivien notablemente”, dice la doctora. Llevar un ritmo de vida tranquilo y dormir ocho horas diarias también es esencial.
Equilibrar la energía
Otra estrategia imprescindible para cruzar la quinta estación con fuerzas es equilibrar la mente evitando preocupaciones innecesarias. Hoy en día, la sobreabundancia de información y de actividades pesa y agota la energía del bazo y el estómago. Todo lo que viene de fuera debe ser “digerido” por el organismo. No sólo los alimentos, sino también el aire que respiramos, los materiales que tocamos, las imágenes que vemos, los sonidos que oímos…
Ante esta avalancha, la medicina tradicional china apuesta por reequilibrar la energía con pequeños gestos diarios que nos ayuden a encontrar la armonía, dese un masaje en el vientre antes de ir a dormir, hasta un baño antioxidante a base de aceite esencial de romero o ejercicios de respiración y relajación.
Digerir emociones
Que el estómago esté tonificado también pasa por cuidar nuestro estado de ánimo. Asumir o reprimir emociones ocupa un lugar central en nuestra vida. Los occidentales tendemos a bloquearlas, pero para los chinos son como “nubes pasajeras”.su idea es que tenemos que dejarla pasar sin retenerlas no huir de ellas. “Debemos evitar la ira, los enfados innecesarios y el estrés porque bloquean el hígado, el maestro que controla todo el cuerpo”, dice la doctora. Si el estrés es crónico asegura que padeceremos dolencias estomacales. ¿Cómo mantener el hígado en armonía? Intentando ser felices. “Para encontrar el equilibrio tenemos que buscar un punto intermedio entre la relajación y la tensión”, dice. Parece complicado, pero para la medicina tradicional china sólo se trata de canalizar energía.
ISABELLE ARTUS/LAIA AMORÓS